La notoriedad que alcanzó el método KonMari para ordenar espacios visibilizó la labor que brindan en nuestro país los organizadores profesionales. Sus historias y consejos para mantener la casa alejada del caos.
Por Alba Palavecino
Ropa que quedó chica, zapatos en desuso, juguetes, libros escolares y dibujitos de los hijos ya crecidos, fotos y cosas rotas que nunca llegarán a repararse conforman parte del universo de objetos que se va apoderando de cada rincón del hogar.Por eso, no es casualidad el éxito obtenido por la japonesa Marie Kondo con su sistema de organización. El método KonMari, que promueve el orden por categorías, conservando los artículos que le “hablan al corazón” y descartando aquellos que ya no nos dan felicidad, causó furor, a la vez que expuso la tarea que desarrollan desde hace años los expertos en ese oficio de todo el mundo. Y nuestro país no fue la excepción.
En efecto, en la Argentina el ordenamiento de espacios ha generado tal interés que, por estos días, fue incluido en la publicidad de una entidad bancaria de la mano de la especialista Ingrid Hajnal. Licenciada en Economía, Ingrid logró reinventarse y crear The Organization Wiz para conciliar su deseo de dedicarse en “cuerpo y alma” a la crianza de sus hijos con su gusto por organizar casas. “Actualmente hay muchas organizadoras, pero cada una tiene su discurso, su estética y su visión”, afirma. La suya es “motivar a la gente a organizarse”, ya que considera que “la organización te calma, porque tener las cosas resueltas te permite ser flexible, improvisar”.
Marietta Vitale, por su parte, inició sus actividades en 2013 bajo el concepto de interior planner al constatar que, en la medida que “uno va ordenando afuera, va ordenando también su interior, sus emociones”. Tras descubrir que su verdadera vocación iba de la mano de las casas, la imagen y la estética, realizó cursos de interiorismo, de fengshui y de distintas disciplinas que combina y aplica en su trabajo. Para ella, el auge del que goza hoy su profesión guarda relación con la tendencia de cuidar la salud del cuerpo mediante herramientas (running, comida saludable, yoga, etc.) que contribuyen a vivir mejor: “El cuerpo es nuestro primer hogar, pero no hay que olvidar que nuestra casa es nuestro segundo hogar y tiene que ir acompañando ese bienestar; no sirve de nada cuidarnos y comer bien si después abrimos la heladera y no tenemos nada, o nos vamos los fines de semana porque no queremos estar en casa. Por eso creo que hay que darles tanto al cuerpo como al hogar la importancia que se merecen”, expresa.
“El argentino es emocional, está apegado a los objetos porque le hablan de algún momento de su vida y le cuesta desprenderse de ellos”.
Ingrid Hajnal
La pasión por el orden, la organización y la decoración fueron determinantes para que Brenda Haines ideara Tu Espacio Organizado, dejando atrás 20 años de desempeño en el armado de vidrieras y merchandising visual para reconocidas marcas. “Ordenar nuestra casa también es ordenar nuestras ideas y pensamientos –manifiesta–; es mucho más que ordenar objetos, es conocernos más. También es cerrar etapas y reencontrarnos con quienes somos hoy y lo que nos gusta”.
Si bien parte de los profesionales locales no implementa la metodología de la gurú japonesa, el boom de la kondomanía reavivó el interés de muchas personas –mayoritariamente mujeres– por aprender a ordenar espacios, administrar con eficiencia sus recursos y su tiempo, y, por qué no, generar sus propios emprendimientos.
Una de ellas es Wanda Dupuy, profesora de Educación Física, amante del orden y la limpieza, que está asistiendo a un curso de organizador profesional: “Es algo que hago aparte de mi profesión, para salir un poco del ambiente del deporte, entrar en otro lado que me encanta y animarme a hacer de la organización un trabajo”, cuenta.
DECIR ADIÓS
Despojarse de las cosas no es tarea sencilla para algunos, por lo que se les hace muy cuesta arriba decidir qué se queda y qué se va. “Los argentinos somos de guardar, de acumular –señala Vitale–; lo veo mucho en la tecnología: tal vez te compraste el último teléfono, pero el otro lo guardaste por las dudas, y está ahí, ocupando espacio”. A la vez, añade: “A las mujeres les es muy difícil deshacerse de la ropa, y te diría que en todas las familias cuesta mucho también el tema libros y revistas; es como una cuestión cultural: nuestros antepasados vinieron con muy poco y fuimos mamando eso de ‘guardar por las dudas’”.
Al respecto, Ingrid Hajnal dice: “El argentino es emocional, está apegado a los objetos porque le hablan de algún momento de su vida y le cuesta desprenderse de ellos. Mi tarea es la de motivar a que mis clientes comprendan que hay un montón de cosas que les están atorando la circulación de la energía en sus casas y les afectan en su vida cotidiana: en el dormir, el cocinar, ir al baño; afecta todo”.
El afán de acumular se debe, para Haines, a que, “por un lado, solemos amortizar todo hasta el final y, por el otro, a que generalmente las cosas nos hacen acordar a momentos o personas”. Y añade: “Cuando se trata de alguien que ya no está, siempre digo que el sentimiento por esa persona no yace en una campera o en una lámpara, sino en una carta, en una foto o simplemente en un recuerdo adentro de nosotros. Dejar ir es una manera de crecer, ¿por qué no hacer lugar para que entren cosas nuevas?”.
CÓMO ARRANCAR
Con frecuencia nos pasa que tenemos ganas (¡y necesidad!) de ordenar, pero la anarquía se ha apoderado de cuanto nos rodea, por lo que no sabemos por dónde empezar.
• “Lo más importante es evaluar las cosas que tenemos y ver su uso; yo siempre digo que lo que no usamos en el último año debería salir de nuestras casas, porque en el 95 por ciento de los casos el desorden se debe a la cantidad de cosas que acumulamos o que guardamos ‘por las dudas’”. (Marietta Vitale)
• “Descartar, categorizar (separar remera con remera, suéter con suéter, etc.), organizar según frecuencia de uso, tamaño, espacio disponible, rotular y mantener son las premisas básicas para lograr el éxito”. (Ingrid Hajnal)
• “Yo sugiero empezar por el placar, ya que todos los días tenemos que vestirnos, y qué mejor que vestirnos como queremos y no como podemos. Así, podremos arreglarnos más, vestirnos mejor y salir de buen humor. Una vez que ordenamos el placar, comenzamos con otros espacios hasta darle la vuelta completa a toda la casa”. (Brenda Haines)
• “Es fundamental que el mismo artículo no esté en tres lugares distintos de la casa y evitar la bolsita; no hay nada que moleste más que los objetos en tránsito. Darle un lugar a cada cosa y sostenerlo en el tiempo es la clave, ya que cuando las cosas no tienen un lugar asignado, es cuando se genera el desorden”. (Brenda Haines)
CAMBIO DE HÁBITOS
En líneas muy generales, la función de estos especialistas del orden consiste en ayudar al cliente a recuperar el control de su hogar, contribuyendo a que prescinda de todo lo que no necesita, optimizando o redistribuyendo los espacios para aprovecharlos al máximo y proporcionándole rutinas que faciliten su mantenimiento.
En ese sentido, Marietta Vitale es categórica: “Es muy importante la cuestión de los hábitos, porque yo puedo ayudar a ordenar, pero después no me quedo a vivir con el cliente. Hay que construir rutinas minúsculas que lleven al orden, como terminar de comer y lavar los platos y no dejarlos para el día siguiente, o levantarse a la mañana y hacerse la cama”.