Una colección colorida de autos se devela ante nuestros ojos como retazos de un arcoíris.
Fotos Federico Núñez
Texto María Inés Balbín
Sin embargo, lo que realmente se encuentre al final del arcoíris puede ser tan relativo como el concepto mismo de tesoro: para algunos serán esas monedas de oro; para otros joyas y piedras preciosas, un objeto de colección, una obra de arte, un libro raro o tal vez el amor duradero, la salud, una nueva amistad o simplemente una imagen inesperada y llena de magia como la que nos acerca Federico Núñez en esta maravillosa serie de fotografías.
Un auto vintage de color azul intenso, una flamante cupé roja, un clásico entre clásicos bicolor, una citroneta radiante, una camioneta blanca, un fitito amarillo furibundo y un auto entre azul y violáceo por efecto de la luz se destacan contra el alegre telón de fondo urbano. Como en un juego de espejos, estos siete autos de colección se convierten, bajo la mirada del fotógrafo, tanto en el codiciado tesoro al final del arcoíris como en retazos coloridos de ese mismo fenómeno natural gracias al contraste de luces y sombras, de tonos saturados y de efectos ópticos con el que nos sorprende.
Estas fotografías nos transportan asimismo a un mundo más allá de lo visible: al de los sueños y los deseos. Una colección es un conjunto de cosas de una misma clase que se reúnen –y clasifican- por afición, por el interés que despiertan. ¿Y quién no ha soñado alguna vez con comenzar, si aún no lo ha hecho, una colección que haga vibrar su alma, que lo embarque en un emocionante y vertiginoso viaje de búsqueda permanente y de hallazgo ocasional? ¿Qué haría uno y dónde iría para encontrar una nueva pieza para su colección, cualquiera fuera su objeto de deseo?
Acaso hallar estos autos y capturarlos en imágenes sea una empresa tan intrincada como dar con los huidizos leprechauns, ya que, al igual que como ocurre con estos, también hace falta estar en el lugar y en el momento justos para encontrarlos fugazmente aquí, allá, a la vuelta de la esquina o tal vez en alguna calle lejana antes de que emprendan su marcha y desaparezcan sin dejar rastro. Porque si hay algo en común entre ambos es que, si desaparecen, difícilmente se dejen volver a ver.
Federico Núñez
Buenos Aires, 1975. Fotógrafo & filmmaker. Sus inicios fueron retratando deportes extremos y lugares en centros de esquí entre la Patagonia y Europa.
Trabaja como fotógrafo independiente en diferentes editoriales ( Atlántida y Grupo Maorí) y realiza workshops y talleres formando a nuevos grupos de profesionales.