Un estudio internacional publicado en Nature Ecology & Evolution, con la participación de la Estación Biológica de Doñana – CSIC, revela que el impacto económico global de las especies invasoras podría ser hasta un 1600 % superior a las estimaciones previas, alcanzando los 35000 millones de dólares anuales durante las últimas seis décadas. Este análisis, basado en datos de 162 especies invasoras de diversas regiones del mundo, pone de manifiesto los graves daños que estas causan a la biodiversidad, los ecosistemas y las economías, al tiempo que subraya la necesidad de estrategias de gestión más efectivas.
Las especies invasoras son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, contribuyendo al 60 % de las extinciones documentadas a nivel mundial. Además, generan enormes costes económicos al afectar sectores como la agricultura, la salud, la seguridad alimentaria y el suministro de agua. “Las especies invasoras no solo amenazan la biodiversidad, sino que también suponen una carga de miles de millones de dólares para las economías globales”, explica Elena Angulo, investigadora de la Estación Biológica de Doñana y coautora del estudio.
Hasta ahora, las estimaciones de los costes económicos se basaban en datos limitados, principalmente de Europa y Norteamérica, lo que subestimaba el impacto en regiones con menor cobertura de datos, como África y Asia. Para corregir esta carencia, el equipo científico combinó costes estimados a escala nacional —incluidos daños a la agricultura y gastos de gestión— con modelos de distribución global de 162 especies, como el mosquito tigre asiático, el árbol del cielo y la rana toro americana. Además, se calcularon los costes en 78 países sin datos previos, como Bangladesh, Costa Rica, Chipre y Egipto.
El estudio estima que los costes globales de las especies invasoras alcanzan los 35 000 millones de dólares anuales en las últimas seis décadas, una cifra comparable a los daños causados por fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Europa lidera con los mayores costes (1 584 millones de dólares), seguida de Norteamérica (226 millones) y Asia (182 millones). Las plantas invasoras, como el jacinto de agua, el arbusto mariposa y la prímula de agua, son las más costosas, con un impacto estimado de 926 380 millones de dólares en el período analizado. Un ejemplo destacado es la acacia negra, cuyo impacto ambiental en Sudáfrica se calcula en 2000 millones de dólares.
Entre las especies con mayores daños económicos se encuentran el jabalí (Sus scrofa), la barnacla canadiense (Branta canadensis), la polilla de nopal (Cactoblasis cactorum), el ratón común (Mus musculus) y la polilla del tomate (Tuta absoluta). En términos de costes de gestión, destacan la hierba nudosa japonesa (Fallopia japonica), el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), la lantana (Lantana camara), la vinagrera (Rumex lunaria) y la rata gris (Rattus norvegicus).
UNA GESTIÓN MÁS EFECTIVA
“El estudio muestra que los costes económicos se multiplican cuando se realizan estimaciones más precisas”, señala Angulo. “Lo más relevante no es la cifra exacta, sino la magnitud de las pérdidas, que podrían evitarse con una mayor inversión en prevención, detección temprana y erradicación”. Los resultados destacan la importancia de considerar las características socioeconómicas de cada país, ya que la capacidad de respuesta y los daños varían según los contextos locales.