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El guionista acaba de publicar un libro de relatos humorísticos sobre el amor. La cara no visible de Peter Capusotto y sus videos asegura que por ahora no están pensando en volver a la televisión.

Pedro Saborido: “La risa va más allá de cualquier razonamiento”

Fotos: Vera Rosemberg

Al leer Una historia del amor es casi inevitable escuchar la voz de su autor, Pedro Saborido. Para él es algo natural luego de más de diez años de ser la voz de varios sketches de Peter Capusotto y sus videos, y le parece “maravilloso” que muchos sientan sus libros como una continuidad del programa televisivo. Por eso, confiesa que volver a la televisión no es un anhelo. “No sentimos que tengamos que volver, porque no sentimos que nos fuimos. Como todo lo que hicimos sigue circulando, incluso en la fantasía de la gente, seguimos haciendo cosas nuevas”, le dice a Convivimos. En su respuesta incluye a Diego Capusotto, el otro 50 por ciento de esta dupla creativa que además del programa hizo radio, cine y publicó dos libros. Se conocieron en Cha cha chá y fueron parte del equipo de Todo por dos pesos. Ahora, con su amigo también tiene un guion de cine dando vueltas, “pero sin ansiedades”. 

Mientras tanto, sigue brindando charlas sobre humor y producción, algunas compartidas con el grupo de Instagram The Walking Conurban o con el dibujante Miguel Rep, y continúa con la presentación de su último libro. Una historia del amor (Planeta) se suma a la serie que ya conforman Una historia del fútbol, Una historia del peronismo, Una historia del conurbano y Una historia de la vida en el capitalismo.

¿Por qué un libro sobre el amor? 

No lo sé, quizá porque lo que busco es un tema que me ordene. Con Peter Capusotto el rock nos ordenó. Siempre busco algo que me dé un margen. El amor apareció como idea y probé, tenía un par de cuentos que me gustaban mucho, que quizá reforzando alguna frase o un párrafo estaban hablando del amor. Así, con un espíritu muy artesanal, porque vengo de una formación en los medios, pienso “Hay que hacerlo”, entonces “Veamos qué tenemos” y “Qué tamaño debe tener el libro” antes de “Cuándo tiene que estar”, y me pongo a laburar. Necesito esos marcos para trabajar. 

¿Agrupaste los textos con alguna intención? 

En principio, encontrar una proporción para saber que cuando uno habla del amor, la primera idea que aparece es el amor de pareja, luego saber que no todos los amores pueden ser de pareja nada más, puede ser amor al fútbol, a una mascota, al dinero, el amor puede aparecer en muchos temas. Cuando escribo estos libros, obligadamente me siento fuera de la posibilidad de intentar algo enciclopédico, por eso es como una historia. Es una manera de ver, no será un gran estudio sobre el amor, el peronismo, el fútbol, la vida en el capitalismo o el conurbano, es una manera de mirarlo; y ahí la selección de los relatos no tiene el objetivo de completar un tema, se tocan los temas que hay en un cuento que siento que vale la pena que esté en el libro. 

¿El amor es otra forma de criticar al capitalismo y al poder? 

Es una mirada muy hippie mía, cristiana también, tengo formación en una escuela de monjas tercermundistas. Entonces, siempre hay una mirada crítica, eso después se continuó en el rock, es una mirada ideológica si querés. Aparece siempre ese cuestionamiento, porque también cuando hacés humor estás cuestionando. Otros harán humor antiizquierdista, anticomunista, aquel que critica el sistema…, se van dando diferentes maneras de mirar un tema. Sí, eso siempre está. 

Volviste a hablar de peronismo y de The Beatles, ¿te es inevitable?

Sí, porque son lugares cómodos para mí para hacer humor, los conozco, aparecen y no los evito. Me divierten y también me comunican con otros a los que les gusta esto. 

Así como decías que “Una historia del fútbol” no era para futboleros, ¿este no es para enamoradizos?

Podría ser para enamoradizos, ¿por qué no? Es necesario el amor, por eso en el libro aparece como una necesidad, como un mandato, como una posibilidad, como una oportunidad. Todos los libros son para cualquiera, después comunicás con alguno y te empiezan a seguir. Hay gente que se acerca a uno de los libros y gente que se acerca a todos. Un 95 por ciento de la gente lo vive como una continuidad de Peter Capusotto.

¿Hacer reír en un libro es más complicado? 

Por supuesto que es más complicado, no está Capusotto, mirá si no es complicado… 

¿Te cuesta sacarte el chip del sketch televisivo? 

Como a los sketches siempre los produje y los dirigí, no los escribía de una manera muy precisa, sino lo más cercano a una guía. Lo que antes para la tele era una especie de boceto refinado, para el libro necesitaba completarse, y eso sí me ponía muy ansioso. Para la tele escribía algo que iba a ser después, en el libro lo que escribía era lo que era, ¿se entiende la diferencia? Pienso que los relatos son sketches bien escritos, no me considero un cuentista, me considero un escritor de sketch, que tiene su paralelo, así como una novela lo podría tener con una película. Me siento cómodo, no me importa escribir como si fuera un sketch, es como aprendí a hacerlo y sigo escribiendo ahí, sabiendo que es para un libro. No me considero un escritor, sino un guionista, un narrador, lo que quieras, con un escritor me aparece la idea de alguien que tiene una relación especial con la literatura, los libros, y yo no la tengo, soy más bastardo.  

¿Aspirás a sentirte escritor? 

No, con todo el respeto que les tengo a los escritores. A esta altura, no.

¿Un poco tu perfil está en peligro de extinción? 

No, hay humoristas por todos lados, hay muchos haciendo humor. Siento que hay hasta más que antes, por las redes que los habilita, por lo menos se ven más. El humor va a encontrar distintas formas, un imitador, una película, un stand-up, una canción… El humor es una práctica que puede llevarse bien con muchas disciplinas. Algunas como la palabra, el monólogo, una película, lo pueden definir mejor. Pero si querés, hasta debe haber humor arquitectónico. 

“Este libro podría ser para enamoradizos, ¿por qué no?” 

¿Cómo es el humor que aparece hoy? 

Igual al de siempre, de distinta manera. El humor es determinado momento y determinada región, hasta de clase. Debe tener lugares parecidos, si alguien se cae de ojete es probable que nos riamos en Bulgaria o en Quito, pase en una universidad o un mercado. En todas las épocas, hay humores mejores y peores. Hay cosas del humor de antaño que me parecen una basura y del actual que están buenísimas. No se puede dividir en un antes y un después, hay cosas que a uno le pueden gustar y otras que no. Con esto no quiero ser ecuánime, pero se trata de buscar “el humor” y quizá hay un humor propio de un grupo de amigos, como los adolescentes que se pueden reír solo de lo que se ríen ellos. El humor es una expresión de un ámbito, habrá chistes de tu lugar de trabajo y cosas que son universales que atraviesan cualquier condición etaria, social y cultural. Medio aburrida esta respuesta, pero es así. 

¿El humor es una venganza? 

A veces. Siempre es una cuestión que se corre de la lógica, a veces de venganza, otras de resentimiento, otras de dejar de sostener algo y que eso pierda importancia. Es maravilloso, por eso cuando se dice “Se ríe como un idiota” no es en un sentido peyorativo, sino porque es alguien que abandona la lógica, simplemente es, no le importa la mirada del otro. La risa como cercana al estornudo, al orgasmo, es algo que va más allá de cualquier razonamiento. A partir de un razonamiento que no se puede contener, aparece la risa. 

¿Tu humor es de alguna manera?

Prefiero que lo digan los demás. Algunos dicen que hay algo de sociológico, una mirada entre psicodélica y de sociología de pizzería.

¿Qué cosas no te hacen reír? 

La mayoría de las cosas no me hacen reír. Hay cosas que me preocupan, como el contexto social, la angustia se siente en la calle, una angustia impotente y un enojo. En las ciudades grandes se siente en el aire una especie de agresividad inevitable y disponible, justificada. 

PING-PONG

Una palabra graciosa: Sifón.

Algo que te produzca amor: Mis hijos, mi familia. 

Qué le dirías a Perón: “¡Hola! ¿Qué contás, general? ¿Cómo se te ocurrió todo esto?”.

Una canción de The Beatles: Yo soy la morsa (I Am the Walrus).

Tu pensador de cabecera: Tengo muchos. Algunos no son conocidos, son amigos míos. 

Un día de la semana: El jueves me cae bien. El domingo después de las cuatro de la tarde es infame, y con el lunes todo bien, es como es. 

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