back to top

MARÍA TERESA DOVA: PREGUNTAS AL UNIVERSO

Fue parte de los descubrimientos más grandes de la física en las últimas décadas, lo que solo avivó su pasión por investigar. Lo único que lamenta es tener solamente una vida para dedicar a la ciencia.
Fue parte de los descubrimientos más grandes de la física en las últimas décadas, lo que solo avivó su pasión por investigar. Lo único que lamenta es tener solamente una vida para dedicar a la ciencia.

Siempre buscó más. En cada momento de su vida, con las herramientas que tuvo a mano, indagó en la naturaleza para conocer sus secretos. Con el tiempo, las máquinas a las que tuvo acceso se volvieron más y más sofisticadas, y llegó a integrar el equipo que empujó las fronteras de la física cada vez un poco más allá. Con las respuestas obtenidas, siempre surgieron nuevas preguntas que alimentaron su avidez de conocimiento.

De chica, sentada frente al piano, María Teresa Dova se zambullía en las partituras, intentando descifrar los patrones matemáticos de Johann Sebastian Bach. La pasión por la matemática y el deseo por la investigación la desviaron de un camino en la música que la conducía hacia el Conservatorio Nacional. La faceta científica, cuyo germen se vislumbraba en la obsesión con que se concentraba en los problemas que encontraba al final de sus libros de matemáticas, no hizo más que crecer, hasta ocupar casi todo su tiempo.

Una vez que realizó su tesis de doctorado en Física, en el área de materia condensada, para su carrera se abrían dos destinos posibles: Lyon (Francia) o Ginebra (Suiza). Intentó que el azar decidiera por ella y se postuló en ambos lugares, con la intención de dirigirse a aquel cuya respuesta llegara primero. Pero los dos sobres llegaron el mismo día. Entonces, se aventuró a lo desconocido y se embarcó a Suiza para incursionar en la física experimental de altas energías en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Fue la primera investigadora latinoamericana en el equipo del experimento L3 del Large Electron-Positron Collider (LEP, Gran Colisionador de Electrones y Positrones).

De vuelta en el país, dio inicio al grupo de altas energías del Instituto de Física La Plata (ciudad de la que es ciudadana ilustre, distinción que también recibió de parte de la provincia de Buenos Aires). Por su iniciativa, y la de colegas como el doctor Ricardo Piegaia, en 2006 consiguió que el Estado argentino firmara un memorándum de entendimiento con el CERN y, de esa manera, se uniera a ATLAS, el mayor y uno de los más complejos experimentos de física de partículas jamás construidos, con el que se produjo el descubrimiento del Bosón de Higgs, la partícula elemental propuesta en el Modelo Estándar de la Física que confiere masa a todas las partículas elementales para dar forma al universo. Es la famosa “partícula de Dios”.

Para encontrarla, se construyó el Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas más grande y de mayor energía que existe, que recrea las condiciones existentes en el fenómeno conocido como big-bang. “Con esos instrumentos le hacemos preguntas básicas a la naturaleza, como ¿de qué está hecho el universo? Nos llevó cien años, pero hoy entendemos toda la materia visible del universo: nosotros, las estrellas, las galaxias, todo lo que vemos”, explica Dova.

Dova destaca lo que denomina “diplomacia científica”, un modo de trabajo mancomunado entre investigadores de múltiples naciones, detrás de un objetivo en común, que podría decirse que está en vías de extinción en otros ámbitos. “Hay personas de todos los continentes, de todas las culturas, no hay diferencias de raza, religión, género o lo que sea. Todos tras la búsqueda del conocimiento”, pondera. Por ello, la reciente ganadora del premio internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” considera que el galardón es más que un reconocimiento individual: “Es también un tributo a todas las personas que hicieron este camino conmigo. Y a la continuación en mi grupo y en los más jóvenes. Yo abrí las puertas y ahora ellos tienen sus propios proyectos, sus propias ideas, y yo los acompaño. Lo que uno hace es más grande que uno mismo”.

Luego de ATLAS, lo más importante de su vida profesional hasta el momento, Dova se embarcó, como es habitual en ella, en la búsqueda de nueva física, en la frontera del conocimiento, y está detrás de las partículas que componen la materia oscura del universo. “Es fascinante, hay que desarrollar nuevas tecnologías, nuevos algoritmos, nuevos aceleradores y detectores. Hay un espectro enorme de física para hacer, la búsqueda del conocimiento no tiene fin. Por eso, quiero que en mi lápida diga ‘Ella quería una vida más’”.

NOTAS DESTACADAS:

JOAQUÍN FURRIEL: “SIENTO PLACER EN LA INCOMODIDAD DEL TRABAJO” 

Entre la gira teatral internacional en su primer gran proyecto como productor artístico –además de protagonista– y el estreno de un nuevo tanque audiovisual en plataformas, sigue puliendo y profundizando el actor que busca ser desde la adolescencia.

GERARDO ROMANO: “EL LUGAR MÁS LIBRE Y GOZOSO ES EL ESCENARIO”

A los 79 años y diagnosticado con párkinson, en lo que más confía es en el trabajo. Así, actor de todos los formatos, está en cartel con dos obras de teatro y conforma el elenco de la serie En el barro.