Aunque se avergüence un poco, Camilú prefiere asumir la exposición y no que algún sentimiento se le quede atrapado. Por eso, en sus canciones habla de celos, obsesiones e inseguridades, sin que le tiemble el pulso al escribir ni la voz al cantar. “Me gusta usar la música para hablar de emociones que todos sentimos, porque hoy en las redes sociales se nos impone cómo hay que amar, cómo relacionarse, qué es sano, qué no. A mí me encantaría no haber sentido ciertas cosas que sacaron una versión de una misma que no es la ideal, pero estamos viviendo para encontrarnos con esa mejor versión. La música es una superherramienta para reconocer esas emociones y trabajarlas”, dice.
Nacida en el frío de Puerto Madryn, a esta joven de 27 años le sobra calidez y trae con ella la fuerza y la insistencia con la que sopla el viento patagónico, porque canción a canción avanza en la escena musical con una voz profunda y mucha poesía.
Le confiesa a Convivimos que quiere convertirse en “la cantautora” de la Argentina y se ríe, como si le costara creer que ya ha empezado a recorrer ese camino. Lleva editados tres discos con temas propios y también escribe para otros artistas. Con el último, Amor de mi herida, cumplió el sueño de cantar con músicos que escucha desde chica, como Jesse & Joy. Además, el disco la llevó a visitar las ciudades de Córdoba, Rosario y Montevideo, entre otras. Ahora se prepara para cerrar el año con un nuevo espectáculo en Buenos Aires.
- ¿No podés vivir sin la poesía o sin la música?
No puedo vivir sin la poesía. Escribir siempre fue una herramienta muy importante para mí desde muy chica. Me doy cuenta de que escribir es algo completamente necesario. También el canto, pero nunca dejo de cantar, lo hago naturalmente. En cambio, escribir, a veces hay que exigirlo un poquito más, y siento que si no lo hago, me pasa factura.
- ¿El desamor es tu estado favorito para la composición?
Más la vulnerabilidad que el desamor. Siento mucho, muchas cosas, siempre hice procesos muy intensos y muy transformadores en mi vida con los vínculos o las cosas que he atravesado. Y en la oscuridad de un proceso puede surgir una versión mía muy frágil, y ahí es cuando necesito escribir y las canciones. Por eso, más que mi estado favorito para componer, si me siento vulnerable es cuando más necesito a la música y más temas me salen.
- ¿Las canciones son tu forma de hablar?
Sí, re.
- ¿Estás en tu mejor momento?
Sí, estoy en un muy buen momento. No sé cuál es el mejor, porque pasan muchas cosas hermosas en este camino de la música, entonces hay momentos que pueden ser muy positivos, pero si una no está conectada con ese disfrute no es el mejor momento. Ahora me siento muy bien, también porque estoy muy enamorada y eso me hace muy feliz. Amor de mi herida es uno de los discos que más disfruté de lanzar, así fue por el momento personal que atravieso.
- ¿A qué se debe este avance y crecimiento?
A la insistencia y a serles fiel a mis canciones y a mi arte. No tener la tentación de correrme de eso, que a veces cuesta, porque hay una exigencia con la inmediatez de escribir ya, de lanzar temas todo el tiempo. Siempre intenté explicarle a mi equipo que mi proceso lleva su tiempo y que las canciones necesitan tiempo para madurar dentro de mí. Para mí es muy importante serle fiel a eso. También, siento que tiene que ver con ser sincera conmigo misma, que a veces cuesta un poco.
- ¿Cómo te diferenciás en la escena?
Siendo superfiel a mí misma, porque también hay muchas tendencias, hay mucha información, y si uno cae en la comparación o en querer llegar a lo mismo que el otro, ahí es donde se mezcla un poco la cuestión. Y cuando uno está concentrado en su proceso, siempre va a tener algo en qué destacarse o algo que lo diferencie, se trata de no ensuciarse tanto del proceso del otro y entender que hay mil maneras de andar este camino, de hacerse cargo de ese camino y llevarlo con orgullo.
- ¿Querés ser famosa?
No, es mi gran contradicción con la música el tema de la exposición, sobre todo en el momento en el que vivimos, en el que la gente a través de las redes sociales es muy cruel. A mí todavía no me ha pasado, pero me da mucho miedo eso. No quisiera ser famosa, pero entiendo que el éxito del proyecto también va de la mano con eso, pero nunca fue como una necesidad ni un objetivo. Lo más lindo es hacer música, escribir, conectar con artistas que admiré siempre. Me gusta conectarme humanamente, y para mí ahí está el valor de todo. Si por esas cuestiones de la vida tuviese que dejar de hacer música, yo ya estoy feliz con todo lo que he hecho, con estar haciéndolo ya es un éxito para mí.
CAFÉ CON SUEÑOS
Para Camilú, dejar de ponerle azúcar al café es sinónimo de entrar a la adultez, y cuenta: “Antes no tomaba, era del mate, ahora lo tomo cortado y lo disfruto un montón”.
Además, confiesa que en su lista de deseos está colaborar con artistas que admira, como Alejandro Sanz; seguir componiendo para otros; tocando sus canciones y salir de gira para conocer nuevos públicos. “Cantar me hace muy bien y en el escenario me siento muy feliz”, dice.Mientras tanto, el 11 de diciembre presenta el show Reflejos en el Teatro Margarita Xirgu (CABA).