“Soñar me ha roto el corazón”, confiesa Zoe Gotusso. Juntó los pedazos y lo siguió intentando, de otra manera, más despacio, un poco a contramano de la vorágine actual que propone el mundo en que vivimos. También, de lo que marca la escena musical. “¿Cómo pudiste aguantar tanto tiempo?”, le preguntaban sus colegas por el lapso que dejó pasar para sacar su segundo disco. Cursi estaba listo, pero prefirió esperar a estarlo ella también. Incluso, ni bien lanzó Mi primer día triste (2020), su trabajo anterior, ya tenía compuesta la primera canción del nuevo material, “Amor de mis ojos”, en el que se canta a sí misma: “Amor de mis ojos / Sé que estás cambiando / Amor de mis ojos / No te castigues tanto”.
Desde su aparición en la escena en 2016, su crecimiento fue imparable. Con Salvapantallas, el dúo que formó con Santi Celli, pasó de cantar en bares a ser viral en redes sociales y girar por todo el país. Instalada en Buenos Aires, lanzó su carrera solista y con su disco debut ganó el Gardel al Mejor Álbum Pop. También, abrió shows internacionales, como nueve de los diez River que hizo Coldplay en la Argentina. El único al que faltó, porque se quedó sin voz, le enseñó a decir “no”, a frenar. La montaña rusa tomaba demasiada velocidad, por eso eligió bajarse por unos meses. “Me desdibujé y me reencontré”, asegura un mediodía ventoso en la Capital cordobesa.
Así, Cursi comenzó a sonar el pasado 25 de octubre, dos días después de telonear al ex-Beatle Paul McCartney en su Córdoba natal. “Es un regalo todo”, dice, y el pecho se le infla, un poco por el suspiro, otro tanto, orgullosa.
- “Cursi” ya está sonando, ¿qué sentís?
Es como un parto que ya viví y que ahora se consolida en otra cosa. Estoy muy contenta, porque ahora ya puedo decir “Escúchalo” y a partir de ahí es tu interpretación, te gusta o no. Es la concreción de un trabajo, es positivo, ya tengo ganas de hacer otro disco. Yo me lo guardé un tiempo a este material, porque estuve muy cansada, no me había tomado ningún descanso en tres años. Estoy contenta, tranquila, este álbum me encuentra más grande. También voy creciendo a la par que hago esto, es como que estoy cocinando ya con las papas puestas, a veces se me quemaron, algunas salieron mejores. Es un gran momento.
- A “Cursi” lo tenés listo hace bastante, ¿te costó aguantar la salida?
Obvio. No sé si me costó esperar para sacar el disco, sino esperar esto de sentirme bien. No sé si estaba mal, quizá “un poco triste”, y eso es estar mal. Me sentía en un estado que estaba tapadísimo frente a tanto trabajo. Me costó más forzarme a querer “estar bien”, y lo mejor para estar bien era admitirme que estaba muy cansada. Una primera buena crisis. Lloré, conversé con muchas personas, me hice un montón de preguntas, y no todas tuvieron respuesta, pero una gran respuesta fue “No sos tan importante, tenés un laburo bárbaro, pero que es igual al del mozo, al de mi mamá que es docente. Dejate de joder, descansá y salí a tocar, porque al final tenés que hacerte cargo de las canciones y ya”.
- ¿Qué otros aprendizajes tuviste en este proceso?
Cuidar a las personas que tenía cerca. En la concreción de un deseo, te desdibujás, porque todo lo que viene es tentador y te dicen que está muy bueno el camino, entonces vos seguís. Pero en el camino he descuidado mis afectos, por la vorágine y por priorizar el trofeo antes que al amigo, es terrible. También me sentí muy sola, porque al final llegás a un “lugar” y estás un poco sola. Además, entendí que no quiero ir tan rápido. Fue mucho trabajo y estuvo buenísimo, pero para darme cuenta de que no quiero ese ritmo. Hay cosas que sí puedo elegir, como hacer menos notas, cuidarme, tratar de ser más intuitiva con quienes me rodean. Aprendí sobre el tiempo, la paciencia y la importancia de las personas. Fue un terreno difícil, pero fructífero.
- ¿Te cantás a vos misma en Cursi?
Cien por ciento. Siempre me canto a mí y si le canto a una persona también. Conocer a alguien un poco es conocerse a una.
- ¿Cómo sos en el amor?
He sido de todo, me he entregado y me he no entregado también. “Lara”, un tema de este disco, es mi exnovia. Durante nuestra relación siento que no me entregué como me hubiera gustado, ahora no estoy con ella, me llevo bien, tengo otra pareja, pero creo que mi canción es un símbolo de entrega. Cuando amás a una persona o lo que hacés, como la música, te entregás, que es un riesgo, pero no podés controlar todo ni ser tan medida. Ahora estoy entregada.
- ¿Qué te enseñó el amor?
Que es todo al final. Es lo único, todo lo demás está un poco alrededor. El trabajo es importante para mí también, a veces me he pasado, pero después me di cuenta de que es un balance. El amor me enseña todo, tuve todo lo que quería y todo se reduce al amor.
“Cursi es abrazarme y reírme de mí, que es abrazarme también”.
- ¿Sos cursi?
Diría que sí. Sé que si digo “cursi” en una mesa surge la cursilería del ramo de flores. Estoy para volver a narrar la palabra, me estoy narrando de nuevo, eso es lindo. Soy cursi, he llevado flores y todas esas cosas cursis que conocen. También ahora todo va muy rápido, entonces es cursi sacar un disco, tomarse el tiempo para lanzarlo. Siento que es cursi hablar, y siempre tuve un approach medio calmo o amoroso. Un hater me decía que les hablaba a las personas como si fueran idiotas, de modo infantil, y yo le dije que no, simplemente hablo tranquila y lento para que me escuchen el de 5 años y todos. Además, es lo que me sale y me parece amoroso hacerme entender. El approach amoroso y hablar sobre todo es cursi. Es bastante más cool tener una luz que me ilumine, no se me vea la cara, tocar tema tras tema atrás de unas gafas. Pero no sé si es lo que quiero. Me culpé mucho por eso. En festivales, tocaba con Salvapantallas o sola, después de una banda ruidosa, la gente descontrolada, y en mis shows era todo lo contrario, silencio absoluto, lo cual era muy intimidante, y me dije “No sé si funciona”. Mi mamá me dijo que sí, cuando la gente está callada está contemplando, es quizá lo mejor que te pueden dar, es el respeto máximo, porque si no le interesa se pone a hablar con el de al lado y se arma el barullo, tu voz es muy chiquita, tu guitarra también. Entendí que era amorosa y que esa es mi esencia. No me escuchan para salir y para el ruido, me escuchan para la calma. Pero lo que más quería a mi edad era ser cool, y soy anticool, y quizá eso es lo más cool al final, pero lo veré con el tiempo. Cursi es abrazarme y reírme de mí, que es abrazarme también.
- ¿La amorosidad y la calma son tu “superpoder”, como el tema del disco?
Sí. No me daba cuenta, ahora sí, que todos tenemos superpoderes. Mi superpoder es un momento de calma. Jorge Drexler me generaba algo muy parecido, y siento que también se afianzó de más grande. Uno de chico quiere ser cool y rock. Me abrazo con este disco. Tiene muchas baladas, es tranquilo, me regalé dos canciones acústicas, guitarra y voz, es cursi.
- ¿Las canciones son tu otro “superpoder”?
Sí, también mi escucha. Porque para hacer hay que escuchar mucho. El que maneja mucho, maneja bien. Yo escuché mucha música, por mi vieja, por mi viejo, por mí. Ahí encontré también mi superpoder. A veces soy tímida, medio para adentro, la música me da algo, supongo que eso es la pasión, que no medís, simplemente que habitás un lugar y hasta te sorprendés vos.
- “Cursi”, Paul, antes Coldplay… ¿por qué te pasan estas cosas?
Responder significa elogiarme, pero me hago cargo. Son como semillas que empecé a tirar de muy joven. Soy trabajadora desde los 15 años, que tocaba en bares y fiestas. Soy buena persona. Mi mamá me tenía cortita, me podía ir mal en el colegio, pero no podía faltarles el respeto a los profesores porque se me armaba. Hago canciones, tengo una voz que me tocó, que no forcé, pero estudié para ser la mejor. Me crie para ser mejor persona. Es un compendio de cosas, pero destaco sobre todo la resistencia, el esfuerzo del trabajo y la educación. Se dice que en la carrera se van abriendo puertas, pero siempre quien te abre una puerta es una persona, no te abrirían las puertas si fueras un forro. De chica entendí que hay que ser educada. Siempre he sido una emprendedora y una soñadora.
- ¿Qué viene después de este gran año? ¿Estás preparada?
No sé qué viene. Ya terminé mi trabajo de puertas para dentro y ahora empieza el trabajo puertas para afuera, desde hablar con vos hasta tocar las canciones en vivo. Soy una artista del vivo, viene eso. Seguramente venga música nueva, que ya me está saliendo, pero igual tengo la cabeza puesta en Cursi. No sé si estoy preparada para lo que sigue, nadie sabe lo que está haciendo ni está preparado. Obvio que tengo miedo, cuando dejé Salvapantallas pensé “Arrancaste la moto, no sé si va a arrancar dos veces”. Pero arrancó y más fuerte, me la di un poco con mis propios fantasmas, y ahora la prendo de nuevo. Estoy preparada sin estarlo, confío en el crecimiento y en que tengo más herramientas porque ya me choqué una vez, quizá ahora veo la curva un poco antes.
UN AÑO “CURSI”
Cursi, producido por Cachorro López, suena orgánico de principio a fin, y el amor y los vínculos afectivos son protagonistas. Entre bolero, folk y bossa nova, su voz suave se arriesga a nuevas búsquedas y se luce en letras emotivas. Entre los trece tracks, hay cuatro covers: “No hay nadie como tú”, “Como una ola”, “Voy a olvidarme de mí” y “Pensando en ti”, que viene con doble versión, una en español, la otra junto al autor Paulinho Moska, en portugués.
El 2025 llegará con el anuncio de las fechas de presentación del disco. “Seguro en mi casa 1, Córdoba, mi casa 2, Buenos Aires, y las provincias a las que suelo ir”, adelanta. Mientras tanto, está confirmado que tocará en febrero en el Cosquín Rock y en mayo en el Quilmes Rock.
CURSI
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