Marina Aizen, Pilar Assefh y Laura Rocha, fundadoras de Periodistas por el Planeta, alertan sobre el calentamiento global, tema al que le dedicaron (Re)calientes, su primer libro en equipo.
Fotos: Alejandra López
Las tres son periodistas de gran experiencia, especializadas desde hace décadas en temas de ecología y medioambiente. Bien lejos del estereotipo naif “onda verde”, durante décadas cubrieron con rigor científico los más importantes eventos mundiales vinculados con esta problemática. En la actualidad dirigen la asociación civil Periodistas por el Planeta (PxP), creada por ellas mismas, con una página web que informa en tiempo real y reflexiona con altísimo nivel teórico sobre estos temas. También publicaron recientemente el libro Re(calientes), el primero que escriben a seis manos, dedicado al calentamiento global y la amenaza que este representa para la humanidad.
- ¿Cómo y cuándo surgió PxP? ¿Son solo ustedes tres o lo integra más gente?
Marina Aizen: Surgió en forma espontánea cuando las tres cubrimos la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015, en París, donde los gobiernos del mundo acordaron por primera vez reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el calentamiento global. Entonces coincidimos en la necesidad de profesionalizar la comunicación sobre este tema, pero también muchos otros, como la crisis de la biodiversidad en todo el planeta. Para eso, trabajamos desde entonces en equipo con muchos otros periodistas y científicos según la temática de cada proyecto.
- ¿Cuáles son sus objetivos y cómo los llevan adelante?
MA: El propósito básico de PxP es informar e investigar sobre estos temas apoyados firmemente en la ciencia y, un detalle muy importante, en español, porque nos interesa hablar de las cuestiones ambientales con una visión latinoamericana. Producimos y publicamos información científica de primera calidad destinada a periodistas, científicos, profesionales y la sociedad en general, y además invitamos a los medios de prensa a participar de conferencias, congresos y otros eventos para que tengan la mejor información sobre estos temas.
- Para decirlo como el título de su libro: ¿por qué estamos “(re)calientes”? ¿Cómo se pueden explicar de forma entendible el cambio climático, el calentamiento global y los gases de efecto invernadero?
Laura Rocha: Estamos así porque la capa inferior de la atmósfera, la tropósfera, se llenó de gases como el dióxido de carbono (CO2), que se genera por la combustión de hidrocarburos, es decir por el uso de naftas en todo el mundo. Esta concentración de gases actúa como una gran red que atrapa el calor del sol y le impide escapar al espacio: es el “efecto invernadero”, el calor permanente en la atmósfera. Esto genera, por un lado, grandes aumentos de la temperatura y sequías, pero también es la causa de que se empiecen a derretir las masas congeladas de los polos y los glaciares, y entonces sube el nivel del mar, se modifica la circulación del agua y tenemos fenómenos como inundaciones o los cada vez más frecuentes maremotos. A consecuencia de todo esto, cambia el paisaje físico de los continentes y sufren las personas, que es lo que más nos interesa.
- ¿Por eso dicen en la tapa del libro que la crisis climática o el calentamiento global es el problema más urgente de nuestro tiempo?
MA: Exacto. Pero también porque el calor no solo mata a las personas al superar cierto grado de temperatura, sino que además altera todo el biorritmo de la Tierra, entonces ya no sabemos cuándo sembrar o cosechar, si hay o no hay lluvia. Por eso, ocurren también los grandes incendios de territorios que padece todo el planeta, incluido obviamente nuestro país y en forma cada vez más frecuente en la provincia de Córdoba. Pero a medida que siga subiendo la temperatura, que es lo que sin duda va a ocurrir si no se toman medidas suficientemente drásticas para detener las emisiones de CO2, vamos a conocer efectos cada vez peores. Da mucho miedo, porque lo que está en juego es la capacidad de habitar el planeta, ni más ni menos.
- En el libro se cuenta, con gran detalle, la lucha de muchas personas en el mundo, en minoría e inferioridad de condiciones, por concientizar sobre estos temas. ¿Quiénes son los que se oponen a que se tomen las medidas necesarias para combatir el calentamiento global y cómo consiguen su objetivo?
Pilar Assefh: Hay muchos intereses muy poderosos que se oponen a que se haga lo que se debe hacer, son los grandes responsables de que no se tomen medidas ambiciosas para combatir el cambio climático. En especial, las grandes empresas petroleras, que han tenido evidencia científica muy precisa de este problema desde hace por lo menos medio siglo. Incluso ha salido a la luz la documentación interna que ellas manejaban y su conocimiento muy precoz de esta situación. Todo indicaba que para revertir esas proyecciones se necesitaba disminuir la explotación y el uso de los combustibles fósiles, que es justamente el corazón de su negocio, pero lo que hicieron, en cambio, fue financiar la desinformación, y fueron tan eficientes en esto que al día de hoy todavía se cuestiona algo tan evidente como el cambio climático.
«Nos interesa hablar de las cuestiones ambientales con una visión latinoamericana».
Marina Aizen
- ¿También hay en la Argentina personas que no toman en serio estos problemas, por ignorancia o desinterés?
MA: Si bien en nuestro país no hay grandes negadores del cambio climático, al menos en lo declarativo, en la práctica todos lo son, porque imaginan una matriz productiva en la que los combustibles fósiles se siguen expandiendo, y así jamás se va a cumplir con la meta del Acuerdo de París, en 2015, que plantea reducir el calentamiento global mediante un esfuerzo mancomunado entre todos los países. Tenemos el caso del fracking, que es la única forma posible de extraer el combustible que hay en Vaca Muerta, altamente contaminante y una causa indiscutible del cambio climático; pero que además requiere una enorme cantidad de energía para trasladar enormes cantidades de arena y agua… Es realmente una máquina de destrucción.
- ¿Tenemos paraísos naturales o reservas en riesgo a causa del cambio climático?
LR: En realidad, todo el país está en riesgo a largo plazo, aunque, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, las regiones más golpeadas serían la Puna y la Patagonia. Una gran amenaza es la retracción de los glaciares a lo largo de toda la cordillera de los Andes, de sur a norte, porque, aunque dejásemos de contaminar a partir de ahora, ese hielo igual seguiría retrocediendo por inercia, así que uno de los mayores problemas sería la desertificación. Además, el aumento de los niveles del mar podría ocasionar la desaparición o modificación de algunas costas.
- ¿Existen ejemplos positivos de países, comunidades o corporaciones que hagan las cosas bien? ¿Hay margen para el optimismo?
MA: Países no. Ninguno. Cero. Estamos ante la triste situación de que el mundo se quema, como lo estamos viendo, y ningún país está a la altura de las circunstancias. Por eso hay que seguir hablando de esto lo más fuerte que se pueda hasta que la propia gente diga basta de combustibles fósiles y deforestación. Quizás esa sería la solución, y en eso estamos empeñadas.
- De acuerdo con su experiencia, ¿la gente común en Argentina tiene conciencia de lo que es el calentamiento global y sus posibles consecuencias?
PA: Nunca hay que subestimar a la gente, pero lo cierto es que muchos ven todo esto como algo que pasa lejos o como una cuestión de diplomacia internacional, pero sin relacionarlo con sus propias vidas. Sin embargo, ya hay secuelas que llegan hasta nuestro propio cuerpo, y el último mes de julio, con temperaturas insólitas para el invierno, fue un ejemplo claro de todo esto.
- ¿Hay autoridades o referentes políticos de peso en la Argentina que les den a estos temas la importancia que tienen? ¿Pudieron conversar de todo esto con ellos?
MA: No, no hemos conversado con ellos. Si tuviésemos oportunidad de hacerlo, les preguntaríamos a los distintos gobiernos que tuvimos, y también a los partidos políticos, si escuchan más a las petroleras que les venden pececitos de colores o a quienes proponen otro tipo de economía que no destruya el territorio y la atmósfera. Por supuesto, también los invitamos a leer nuestro libro.
- Por último, ¿cómo dan a conocer su trabajo y financian su actividad?
MA: Lo hacemos básicamente desde nuestra página en internet periodistasporelplaneta.com, a la que subimos nuevos contenidos permanentemente, y también hacemos campañas por redes sociales y a través del mail o del WhatsApp a nuestros muchísimos contactos directos en todo el mundo. En cuanto a lo segundo, como decimos en nuestra web, aceptamos fondos de organizaciones nacionales, internacionales y ONG que están compenetradas con nuestra misión, nuestros valores y nuestro enfoque.
¿QUIÉNES SON ESAS CHICAS?
Marina Aizen fue durante décadas corresponsal de Clarín en Nueva York y la ONU, y es autora de los libros Contaminados: Una inmersión en la mugre del Riachuelo (2014) y Trumplandia (2017). Pilar Assefh fue subdirectora de Energía de El Cronista Comercial y editora de One Shots. Laura Rocha cubrió temas de sociedad y medioambiente para La Nación y actualmente lo hace para Infobae.