Llevan siete años como dúo, un par más como amigos, y toda una vida forjándose como artistas. Con avidez y una energía compartida que los potenció, se instalaron como referentes de la nueva escena musical.
Fotos: Pato Pérez
Estilismo: Brenda Teti
Con un flow innato y un andar felino magnético y que fue perfeccionándose en el que acaso sea el criadero de artistas pop más prolífico de las últimas décadas en el país, ellos avanzan a paso firme. Un día de semana, en plena hora de la siesta, se transforma con su sola presencia. Se deslizan por el espacio, y la escena parece convertirse en un videoclip, como si la onda se les cayera de los bolsillos y se desparramara por el ambiente, contagiándolo. Es solo una ilusión: la conservan toda para sí mismos, inimitable, y mantienen intacta el aura popstar hasta volver a perderse en el estacionamiento con la tarea cumplida.
Dos voces que se complementan y potencian, surgidas de dos espíritus que conectaron desde el primer momento, agrandan el combo letal que conforman Máximo Espíndola y Agustín Bernasconi. El dúo MYA, que es más que la suma de sus partes, se consolida apelando al diferencial que lo destaca entre la nutrida escena del género y recurriendo a su propia historia.
En marzo de 2016, antes de adquirir su forma actual, no desplegaban aún material inédito. El primer paso de Maxi y Agus en conjunto fue una serie de videos en YouTube. Ya estaban, sin embargo, producidos y editados de forma profesional, con una visión de futuro, una planificación e intención marcadas que los enfocaba en una dirección. Interpretando covers, ocasionalmente junto a invitados, aprovecharon la popularidad ganada en el reality Soñando por cantar y, sobre todo, en la tira juvenil Aliados, de la factoría de Cris Morena.
El paso siguiente fue realizar sesiones en vivo, una propuesta que retoman ahora, ya con seis años como MYA en el lomo. MYA Live es el concepto que engloba sus últimos lanzamientos. Es la primera vez, en una era de singles, que ambos se proponen una idea general que contenga y sirva de base al material que vaya surgiendo hasta, casi inevitablemente, conformar un disco.
“Siento que estamos todo el tiempo en constante prueba y aprendizaje, tratando de tener cosas nuevas o de refrescar algunas que uno va olvidando por intentar otras cosas. Apareció esto de hacer música en vivo, nuevamente, como lo habíamos hecho en YouTube, que es lo que más nos gusta y lo que nos diferencia. Está buenísimo, grabarlas full en vivo tiene una adrenalina extra”, cuenta Agustín. Y Máximo amplía: “Todavía no éramos MYA cuando comenzamos a hacerlo, pero ya la semilla estaba ahí y volvimos un poquito a esa raíz. Nos tiene muy entusiasmados el proyecto, porque sentimos que estamos poniendo algo nuevo sobre la mesa”.
- A eso se suma la energía del invitado de turno, ¿no?
M: Sí, la adrenalina también viene por ese lado. Cada artista trae algo diferente. No siempre va a haber invitados, aunque es probable que sí haya en la mayoría de las canciones. Hoy la música se comparte, te cruzás con uno en un evento, le mostrás un tema y le decís “Vamos a hacerlo juntos”. Todo fluye muchísimo más. Es inevitable invitar a otro artista a una canción. Aparte, unís fuerzas, público, y la canción se enriquece muchísimo.
- ¿Qué cambia, a la hora de trabajar, el hecho de tener un concepto más abarcativo al que se deban adecuar las canciones?
M: Está bueno, siento que es como un desafío. Una de las canciones que sacamos tiene aires de
reggae, la anterior de cuarteto, pero si escuchás una atrás de la otra, sentís que hay un audio en común, un sonido similar, que la cantada nuestra es la misma.
A: Un hilo conductor muy fuerte las une. Al ser en vivo, tampoco hay cosas extras, las armonías las hacemos nosotros. Hasta técnicamente hay una línea, están grabadas todas con los mismos micrófonos.
El talento que ambos identificaron tempranamente creció alimentado por un hambre voraz de escenarios y canciones. Desde chicos supieron lo que querían y fueron tras ello, casting a casting, golpeando puertas hasta conseguir su oportunidad.
En San Miguel de Tucumán, Maxi se crio en una familia vinculada al arte: padre actor, madre bailarina y la música como lenguaje común. “No tengo recuerdos de haber hecho otra cosa. Me gustó cantar, agarrar la guitarra, hacer shows para la familia. Siempre fue así. A los cuatro, actué en una obra de teatro; a partir de los seis me volqué más hacia la música”, recuerda.
En el sillón de su casa, en Villa Rumipal, Córdoba, Agus prendía la tele y se proyectaba, fundamentalmente, en dos roles diferentes: futbolista o cantante. “Tuve una mentalidad de soñar con cosas grandes. Veía un partido de fútbol y quería estar ahí; escuchaba grupos de fol-klore y me imaginaba en Cosquín. Las ganas de soñar y de crecer siempre estuvieron”, repasa.
Los caminos se cruzaron por primera vez en Soñando por cantar, el reality que ofrecía como premio un lugar en Cantando por un sueño. Maxi y Agus avanzaron en la primera ronda de audiciones, dividida por provincias. Aunque luego estuvieron lejos de los primeros puestos, ganaron mucho más de lo que esperaban. Cris Morena los detectó y se propuso sumarlos a Aliados.
El contacto fue artesanal: para ubicar a Agus, llamaron a la municipalidad de su pueblo, y fue el intendente quien trasladó el mensaje; en el caso de Máximo, la escala para llegar a él fue el diario local, La Gaceta. “Al recibir el llamado de un supuesto productor de Cris, no creí mucho. Cuando tenés algo de exposición, aparece mucha gente que te invita a lugares, y no siempre es verdad. Arranqué la entrevista por Zoom junto a mis viejos y en un momento apareció Cris. Ahí supe que era real y comenzó todo”, relata Agus. “Me pasó lo mismo. Yo estaba completamente seguro de que era mentira. De hecho, cuando me llamaron, dije que me tenía que ir al viaje de egresados con mis compañeros de colegio. Me fui, me siguieron llamando, y tuve que volverme antes que el resto para comenzar con los castings”, cuenta por su parte Maxi.
“Estamos todo el tiempo en constante prueba y aprendizaje”.
Agustín Bernasconi
- Cuando quedaron en la serie, ¿pensaron en la actuación como una opción a futuro? ¿O solo era un escalón más para poder volcarse a la música?
M: Siempre tuvimos claro que nuestro sueño más grande era la música. Cada pasito que dábamos era para empezar el camino real, que para nosotros era hacer nuestras canciones, dejar una huella. Aliados nos permitió acercarnos, porque nos dio una exposición más alta. Principalmente nos seleccionaron porque era un proyecto que tenía mucha música. Había una apuesta muy grande en ese sentido, y comenzamos a tener reuniones con Sony para hablar del futuro.
- El vínculo entre ustedes se estrechó más por haber vivido juntos, pero también compartían departamento con otros dos chicos. ¿Por qué sienten que entre ustedes hubo una química diferente?
A: Desde que nos conocimos hubo una conexión muy grande por la música, porque los dos apuntábamos hacia el mismo lugar. Teníamos y tenemos el mismo objetivo, las mismas ganas. No es fácil encontrar otra persona con las mismas ganas que uno. Empezamos a cantar juntos, a escribir, a conectar desde otros lugares, hasta que decidimos formar el dúo.
M: Siento que hubo una química que es difícil de poner en palabras. Es como que ya lo presentíamos. Por ejemplo, pasaba que nos invitaban a cantar solos y automáticamente decíamos entre nosotros “Che, ¿qué tenés que hacer? Vamos a cantar juntos”. Preferíamos hacerlo entre los dos, era más divertido.
Desde Amor prohibido, el primer tema que lanzaron como MYA en agosto de 2017, fueron encadenando hits como BB, Nunca soltamos, 2:50, Te olvidaré, Histeriqueo, Yo no te pido la luna, entre otros. En ese período, colaboraron con un espectro amplio de artistas, que fue desde Duki o el streamer Coscu hasta Abel Pintos y Soledad, pasando por Pedro Capó, Feid, Abraham Mateo y muchos más. En ningún caso se limitan a ser intérpretes, sino que componen e intervienen en la producción del material. “Desde el principio los dos pensamos que escribir nuestras canciones es muy importante para la carrera del dúo. En todas nos gusta involucrarnos, porque sentimos que, a medida que van pasando, se deja ver mejor la identidad y el sonido. Queremos dejar algo nuestro en cada canción”, explica Maxi.
- ¿Cómo se fueron volcando hacia este género?
A: Es una mezcla de un montón de cosas. Al empezar a escribir tus propias canciones, te das cuenta de quién sos, qué querés hacer, cuál es el lugar más orgánico donde te dirigen las melodías. Si bien yo antes cantaba folklore, era melódico, mucho Nocheros, Jorge Rojas. Cuando empezamos a escribir, conectamos en este punto. Además, está presente la sensación de la música que suena en el momento, uno tampoco se puede quedar muy afuera de todo.
M: Y escuchábamos mucha de esa música. A mí siempre me gustaron mucho David Bisbal, Luis Fonsi, ese tipo de artistas. Justo en el momento en el que arrancamos, el pop agarró otros condimentos. Esos artistas, que eran muy melódicos, incorporaron un dembow más de reggaetón. La música fue combinándose mucho y creo que eso hace que uno, al escribir, tome cositas de varios lugares.
Este mes, los dos se preparan para el show más grande de su carrera hasta el momento. En el Gran Rex darán inicio a una nueva etapa, encontrándose con lo que más los hace vibrar desde que en sus respectivas provincias comenzó el sueño: “Los shows en vivo son la parte más importante de todo lo que hacemos, lo que más disfrutamos. En cada show dejamos todo. Nunca pensamos en llegar a alguna parte en especial, solo queremos seguir en este camino de por vida. En el escenario es donde más se siente la energía que buscamos”, coinciden.
NÚMEROS
En gacetillas y presentaciones, actualmente muchos equipos de prensa ponen en valor el peso de los artistas a través de los números: reproducciones, seguidores, views, oyentes mensuales, etcétera. “Es medio inevitable ver los números, porque los tenés ahí. Por más que te hagas el gil, los ves. Lógicamente que si a una canción le está yendo bien, somos conscientes y lo vamos a festejar. Si a una no le está yendo tan bien, te la baja un poco, pero tampoco nos vamos a poner mal. Tampoco te marca cuán artista sos”, analiza Agus. “Hay canciones con las que uno especula que pueden funcionar más que otras. Después, la gente termina eligiendo. Somos conscientes de que forma parte del juego y sabemos que MYA no es solo una canción. Ya tenemos canciones que conectaron con la gente y estamos seguros de que va a haber otras que también lo hagan”, completa Maxi.