Integra una generación gloriosa del futsal nacional. Nació en España, pero siempre quiso jugar para la selección argentina. Campeón de América y del mundo con goles propios en las finales.
Alan Brandi era un chico futbolero, como cualquier otro, que soñaba con alguna vez vestir la camiseta de la selección argentina. Lo particular en su caso es que nació en España. Hijo de padres argentinos, siempre fue más fuerte el llamado de la camiseta celeste y blanca que la atracción por la roja de su país natal. Toda su vida se sintió argentino, aunque sus amigos de Las Palmas de Gran Canaria se burlaran y no lo comprendieran.
Con los años, reorientó sus objetivos y decidió vincularse con el deporte a través de la narración, sobre todo escrita, de las acciones de otros: comenzó a estudiar Periodismo y, mientras tanto, jugaba al futsal de forma recreativa. Pero su talento desbordó sus expectativas y entró en una espiral ascendente que lo depositó en la cima del mundo: consiguió una prueba en un equipo de primera división, firmó contrato, se ganó la titularidad, fue convocado a la selección argentina y metió dos goles para conseguir el campeonato mundial en 2016.
Entre el cierre de 2021 y los primeros meses de este año, llegó nuevamente a una final del mundo (la Argentina quedó segunda, tras perder ese partido contra Portugal) y fue campeón de la Copa América, donde volvió a ser clave: un gol suyo dio la ventaja contra Paraguay en la final.
- En un plazo de diez años pasaste de jugar solamente para entretenerte a ser campeón del mundo con dos goles en la final. Y este año de nuevo hiciste goles para darle otro título a la Argentina…
Sí, yo eso lo pienso muchas veces y todavía me cuesta creerlo. Cuando estaba empezando, mis compañeros de la selección ya eran jugadores importantes dentro del mundo del futsal. A veces pienso en lo que conseguí y me siento orgulloso, porque sé que puse mucho de mi parte, trabajé mucho para que me salieran las cosas bien. Pero nunca me imaginé el jugar con la selección, poder ganar un Mundial, una Copa América, unas Eliminatorias y todo lo que logré en ese tiempo.
- Cuando jugabas en campeonatos universitarios, ¿sentiste de entrada que tu nivel era superior a la media?
No, nunca lo consideré así. El futsal es un deporte muy táctico, y yo notaba que me costaba mucho, que había cosas que no acababa de entender. Simplemente lo pasaba bien, porque teníamos un buen grupo y me divertía, porque se participa más que en el fútbol. Pero nunca, de inicio, planeé algo más. Solo en el momento en que me ofrecieron hacer la prueba en un equipo de primera división fue cuando me planteé que podría ser profesional, pero lo veía difícil.
- ¿Por qué la selección argentina y no la española?
Me sentía argentino, y lo decía. Siempre tuve una conexión especial. Es como cuando uno se hace hincha de un club de fútbol, que es para toda la vida. Me pasaba eso, desde chico hinchaba por Argentina, y cuando quedaba eliminada del Mundial lo pasaba peor que cuando eliminaban a España. Mi viejo lo sabía, y en mi primer año como profesional me preguntó: “¿Hablo con la AFA para ver si están interesados?”. Le dije que sí. Se puso en contacto con el dirigente Leo Gaudio, que lo hizo llegar a Diego Giustozzi, el seleccionador. Se mostraron interesados desde el primer día y me convocaron para los primeros entrenamientos.
- En esos primeros encuentros, ¿te sentiste parte?
Me sentía un poco de prestado, porque soy una persona tímida y estaba un poco desconfiado con el tema de haber nacido en España, con que la gente no me recibiese bien. Para nada fue así, porque desde el primer día y hasta el último me recibieron bien todos los compañeros que tuve en la selección. También, al mismo tiempo, estaba disfrutando de cada momento. Recuerdo el primer día que entré al predio, cuando me puse la ropa de entrenamiento por primera vez, cuando vestí la camiseta. Son cosas inolvidables.
- Esto era un hobby y se convirtió en tu trabajo, ¿se sigue disfrutando del juego?
Mucho. Empecé como un hobby, disfrutando, y me gusta cada vez más el futsal. Lo hago con muchísima pasión, pero obviamente tenemos una responsabilidad y antes de cada partido se sienten esa presión y ese sufrimiento lógico. Yo disfruto el día a día y cada entrenamiento. El futsal me lo dio todo, me cambió la vida. Quiero seguir hasta que el cuerpo aguante.
- ¿Pensás en el retiro?
Lo tengo presente, pero no me quiero marcar una fecha. Cuando el cuerpo me diga que no puedo más, ahí tendré que dejarlo. Actualmente tengo dos años más de contrato, acabaría con 36, y ahí me plantearé si me encuentro bien en la cancha, si me siento bien. Lo que no quiero es que sea un sufrimiento.
GANADOR
Además de ganar el Mundial 2016, las Eliminatorias 2020 y la Copa América 2022 con la selección argentina, Alan fue campeón en cada país donde jugó: en Portugal (donde conoció a su mujer y nació su hija), con el Benfica, ganó la liga, la Copa de Portugal y la Supercopa. En Italia, fue campeón de la liga con el Luparense. En España, ganó la Copa de España con el Jaén, su actual club.