Comenzó a nadar a los 10 años, a competir poco después, y desde los 15 representa al país. En constante crecimiento, estará en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Foto Federico Soler
A los 27 años, Julia Sebastián tiene la experiencia de una veterana de la natación: lleva una década en la selección nacional de mayores y un poco más desde que comenzó a competir en la juvenil. Ya fue parte de un Juego Olímpico y está clasificada para el siguiente, ya compitió en unos cuantos Juegos Panamericanos y se colgó medallas en el pecho, ya batió récords nacionales y sudamericanos (y los batió de nuevo, una y otra vez). Ya quiso abandonar y ya confirmó su compromiso con este deporte al irse a vivir afuera para poder profesionalizarse (lleva cuatro años radicada en Brasil). Las primeras brazadas en este camino, sin embargo, no fueron su decisión: “Empecé a nadar de chiquita. Era una obligación, porque tenía que hacer algo a la tarde, después del colegio. Mi familia me lo impuso, y después se volvió algo muy dinámico: entré a una primera selección, a una segunda, a una tercera, y no he salido más. Esa experiencia ayuda a mi desempeño actual”, cuenta.
- ¿Cuándo se convirtió en una decisión personal continuar con esto?
A los 17, más o menos. Iba a dejar de nadar, no estaba a gusto con el equipo, con el entorno, con mi cuerpo. No me gustaba cómo me sentía. Hice algunos cambios, me metí a la selección y fui agarrando el camino. Una cosa te lleva a la otra, un objetivo te lleva a otro, un resultado te lleva a otra experiencia. Y empecé a tomarle el gusto a la competencia y al rendimiento, a la performance, a estar enfocando toda mi vida al deporte.
- Lo que mencionabas de tu cuerpo ¿era por cansancio, por dolores o por los cambios que produce el entrenamiento?
No, en ese momento tenía sobrepeso, algo con lo que realmente me era difícil convivir. Con algunos cambios que conseguí, evolucioné en ese sentido. También era una edad en la que iba a la escuela, todos mis amigos estaban decidiéndose por una carrera universitaria, nadie tenía los mismos objetivos que yo. Todos se iban a Bariloche y yo había optado por dejar de lado el viaje de la secundaria, había participado de un Panamericano, había buscado una clasificación a los Juegos Olímpicos y quedé afuera de Londres por muy poco. En ese momento, por inmadurez tal vez, le planteé eso a mi familia: “Ya está, se terminó, voy a hacer una vida de persona normal”. Ellos me incentivaron de la mejor manera para que pudiera seguir.
- Hoy sí la natación es algo plenamente tuyo, ya no una imposición…
Totalmente. Hoy en día, de hecho, vivo en Brasil para buscar una mejor situación en lo deportivo y poder estar más cómoda con el entrenamiento. Hoy la natación es mi profesión y lo que trato de llevar como estilo de vida.
A fines del año pasado, Julia fue contratada por el equipo estadounidense Los Ángeles Current para competir en la International Swimming League (ISL), un torneo que reúne a la elite mundial de este deporte, con un sistema de competición singular, por puntos. Su equipo finalizó en la cuarta ubicación y en las pocas semanas que duró el evento Julia batió cuatro marcas nacionales y dos sudamericanas: “Es una competencia con mucho nivel. En los Juegos Olímpicos solamente puede haber dos personas por país, y acá hay muchos americanos de mucho nivel y de otros países a los que tal vez se les hace más difícil clasificar a un Juego Olímpico por tener dos personas adelante en su prueba. Es un certamen totalmente diferente, el Juego Olímpico es algo anhelado y muy deseado. Esto es algo que recién está comenzando y se está adaptando”.
- ¿Por qué es tan anhelado y deseado un Juego Olímpico?
Uno representa a su país, y eso es algo importantísimo. También sucede cada cuatro años, y los índices para participar del evento siempre son bastante difíciles. En otro momento de mi carrera veía bastante lejano llegar a un Juego Olímpico, hoy ya estoy clasificada un tiempo antes, pero no es algo que me relaje.
- ¿Creés que esta ISL te abre la posibilidad de trasladarte a los Estados Unidos? ¿O vas a seguir en Brasil?
No, mi idea es vivir en Brasil, por lo pronto voy a seguir ahí. Este es un contrato sobre esta competencia, pero este año también me gustaría estar acá y volver a competir para Los Ángeles. Por ahora, Estados Unidos no es un plan ni tampoco vivir fuera de Sudamérica.
- ¿Cómo imaginás el año? ¿Qué esperás?
Espero que la pandemia no empeore, que realmente haya soluciones o mejoras, y podamos volver a la rutina lo más rápido y lo más seguros posible. Si eso vuelve a lo normal, sería lo mejor para llegar bien a los Juegos OIímpicos y buscar tal vez una semifinal o una final olímpica, que sería mi sueño.
AQUÍ Y AHORA
Entre las lecturas de Julia del año pasado está el libro 100% presente, del brasileño Joel Moraes, una guía de consejos para enfocarse y poder alcanzar el máximo potencial personal. Practicante habitual de yoga, ese estar presente en el momento actual es una constante en su vida. “También suelo meditar. Antes lo hacía más. Creo que para el deportista y para el desempeño es importante estar totalmente enfocados en lo que se está haciendo ahora para tener una mejor performance. Es algo que trato de poner en práctica. A veces es más difícil, a veces es más fácil, pero siempre intento”, cuenta.