Un talento superior a la media de nuestro país y una cabeza aún más fuerte que lo apuntala y conduce. Enfocado y decidido, sueña con llegar a una final olímpica y se entrena para ello.
Foto: Estefanía Burgos
En los Juegos Olímpicos de Río fue el protagonista de una recordada imagen: acalambrado, completó el maratón corriendo de costado, la única manera en la que su cuerpo le permitió seguir avanzando. Fue la concreción de su sueño olímpico lo que lo motivó a dejar por un momento su disciplina favorita (los 1500 metros) para pasarse al maratón: “En ese momento, era una prueba accesible. Si la tenías difícil en tu prueba, te pasabas al maratón e ibas a los Juegos”, recuerda hoy.
Habla sin jactarse del logro, aunque la mayoría de los maratonistas se dedican durante años a esta distancia sin conseguir la clasificación a los Juegos y él la consiguió en su primer intento. Desde sus inicios, cuando eligió el atletismo por sobre el fútbol, Federico Bruno demostró que era mejor que el resto: ganaba carreras y títulos prácticamente sin competencia, con récord para su edad a nivel nacional y sudamericano. Ya entre mayores, la diferencia continuó, al punto que hace un par de años decidió radicarse en España para competir en un nivel de acuerdo con su talento y no estancarse.
- ¿Por qué te despegaste tanto del resto?
Yo no creo que sea superior a los demás, simplemente me preocupé siempre por mejorar. No me conformaba ni yendo a un Juego [N. de la R.: compitió en tres Panamericanos de mayores y uno junior; y en unos Juegos Olímpicos de la Juventud] ni siendo campeón sudamericano, ni con el récord sudamericano en categorías inferiores. Siempre quise más, y creo que es eso, la cabeza, ponerme el listón alto y querer mejorar. El talento de los otros argentinos podría ser incluso mejor que el mío, pero si te conformás con ser campeón nacional o sudamericano y tocás el cielo con las manos con eso, te estás limitando. Creo que Diego Lacamoire o José Zabala pueden ser mejores que yo, pueden superar mis marcas. Está en ellos.
- ¿Ese no conformarte te permitió disfrutar?
Sí, pero yo soy de disfrutar el día que obtengo un resultado, unas cuatro horas, y ya al otro día tengo que entrenar. No me quedo en eso. Hoy mi entrenador es Antonio Serrano, atleta de nivel mundial, y cuando hago lo que para acá puede ser una muy buena marca, él me dice “Se puede correr en un poco menos, hay que buscar”. Es como que me baja, me dice que hay que seguir entrenando.
- Y cuando te sale mal algo, ¿también te dura solo un par de horas?
Cuando se me va algo, me pongo más fuerte todavía. Cuando te va mal, te das cuenta de las cosas, ahí ves si te relajaste, qué te faltó. Es cuando más fuerte me voy a poner después, porque me doy cuenta de que estoy haciendo las cosas mal.
- Desde chico tuviste resultados muy buenos y se habló mucho de vos, ¿te significó una presión extra?
No, soy muy colgado, no uso mucho las redes sociales y tampoco doy muchas notas. No escucho. Sinceramente, voy en mi bola, en mi entrenamiento, y no me pongo presión en eso. Si critican o halagan, no me entero. Soy muy cerrado, me centro en algo y no le doy importancia a lo de alrededor. Varias veces me preguntaron, por ejemplo, cómo me tiene lo del COVID, y yo la verdad es que no miro, no me interesa. Si se suspenden los Juegos, bueno… pero no voy a entrenar pensando en que se pueden cancelar. Ahí ya te estás poniendo lo negativo encima. Yo trato de cuidarme nada más, entrenar solo, en lugares del campo donde no tengo contacto con gente. Me aíslo y me enfoco en lo mío.
- ¿Qué significan para vos los Juegos Olímpicos? Tuviste tantas ganas de estar que hasta cambiaste de disciplina por un ratito…
Sí. La verdad es que cualquier deportista a lo más alto que va a aspirar siempre son los Juegos. Yo ya tuve la posibilidad de estar en unos, viví la experiencia y me encantó. Me gustaría encarar estos Juegos con otra cabeza, voy a poder estar en mi prueba, en la que más experiencia tengo y más me destaco. Sé que si es uno de esos días en los que se me da la carrera y la corro con una buena táctica, puedo estar en una final.
- ¿Con qué te desconectás del deporte?
Haciendo las cosas de la casa, cuidando las plantas, estando en la pileta, mejorando la parrillita o pintando algo. Cosas así. Me gusta jugar al Fortnite en la Play, en la cuarentena estuve a pleno. Y desconecto mucho con los entrenamientos, ojo. Cuando entreno estoy en mi zona, es lo que me gusta. Es más, el día que me retire de la elite, voy a seguir en el deporte, por ahí yendo a correr un maratón en Berlín, en Nueva York, para disfrutar en otro sentido. Quiero retirarme después del próximo ciclo olímpico, y que sea en mi mejor momento, dejar el atletismo bien arriba.
CABEZA
Lo más importante, su fuerte, según él mismo, es su mentalidad. Entre otras técnicas, utiliza la visualización: antes de cada entrenamiento se ve a sí mismo consiguiendo el objetivo final del ciclo. “Ahora me visualizo corriendo la final olímpica en Tokio. Somos 45 los atletas que vamos, y quiero estar entre los doce mejores. No me interesan los rivales, no me fijo en quiénes están. Mi único rival es dar el cien por cien con mi cuerpo. No miro atrás ni a los costados. Miro y empujo solamente para adelante”, confiesa.