Vive en Madrid desde hace 33 años y obtuvo el premio Media Awards, un “Óscar de la magia”, por la trayectoria de su editorial Páginas Libros de Magia.
Foto Lucía Bailón
Laura Avilés Ruda es cordobesa. Llegó a Madrid casi por casualidad, con un pasaje que le regaló su hermano y a último momento. Subió al avión un 28 de diciembre de 1987 y partió, como dice desde el otro lado del teléfono, a “dar una vuelta” por España. Allá sigue, instalada en el barrio de Lavapiés, donde empezó en 1992 con la editorial Páginas Libros de Magia y con la que obtuvo, en agosto último, el premio Media Awards, una especie de “Óscar de la magia” que se otorga en los Estados Unidos, por su trayectoria.
“Es un invento que ha funcionado. Es todo pasión por el tema y muchísimo trabajo, es muy artesanal lo que se hace. Todo es como una pequeña tribu, con magos apasionados por que haya libros de magia. Casi desde el principio trabajamos con la misma gente, siguen los magos traductores del primer día. Todos han participado de esta construcción”, relata Avilés sobre esta experiencia, y confiesa: “Lo que a mí me atrapó del ilusionismo, aparte del respeto intelectual de estos magos estudiosos, es que son como una comunidad de verdad. No me relaciono con el mundo editorial, me relaciono con los magos en las sociedades mágicas, ellos me consideran una más en la comunidad mágica y estamos en contacto como si fuéramos familia. Además, los hijos van heredando esta pertenencia a una forma de vida, y aún hoy me sorprende que toda la vida pueda girar en torno a esta afición”.
- ¿Cuándo comenzaste con la editorial?
La editorial tiene 28 años. En el mundo de la magia es la única que se dedica en exclusiva. Existimos mucho antes de Internet, así que si no eras mago, no accedías al lugar.
- ¿Cuántos títulos llevan publicados?
Casi 200.
- ¿Por qué creés que tuvieron éxito en un ámbito tan particular?
No te podría decir exactamente. Otros observan nuestra incidencia y quizá puedan decir más al respecto. Sí creo que varias generaciones de magos se formaron con nuestros libros. No hemos dado muchos pasos al público masivo, porque esto ha sido un proyecto, un emprendimiento muy hormiguita. Seguimos adelante, sin crecer a lo bestia, pero con permanencia y con regularidad. Además, dentro de la comunidad mágica nos conocemos, somos una gran familia, estamos en contacto todo el tiempo.
“Con el libro se va enriqueciendo la magia, porque cada mago le aporta su creatividad, su imaginación”.
- ¿Qué sigue igual y qué cambió en la magia?
Dentro de la magia hay muchos sectores, hay magos de distinto tipo: a algunos simplemente les entusiasma la actividad, quieren entretener a sus amigos o a su familia; y otros son auténticos artistas. La magia ha ganado en profundidad, hay estudiosos, pensadores, gente que analiza y que ha llegado a elaborar una concepción estructural de la magia, que ha definido términos que se utilizan, que vincula disciplinas, por ejemplo, qué pasa en el cerebro cuando un mago hace un juego, por qué engaña. Según el sector de la magia que mires, ha cambiado el uso de la tecnología. Los accesorios antes eran más sencillos, artesanales, eso ha cambiado porque se ha desarrollado una industria. En la última etapa se ha modificado con la era digital, los juegos intentan incorporar la tecnología. Antes, la tele o el cine eran mágicos, y ahora han evolucionado, todo evoluciona. Lo que no ha cambiado es la relación con el espectador, las ganas de ilusionar, ese “Lo estoy viendo” o “¡Es imposible, no puede ser!”. La atmósfera mágica no ha cambiado.
- ¿Qué significa para vos el premio Media Awards que otorga la Academia de Artes Mágicas (The Magic Castle) por la trayectoria de Páginas Libros de Magia?
Fue una sorpresa enorme. Siempre recaían en gente de Estados Unidos, los recibían artistas o personas del entorno cercano a la Academia. Respecto de la incidencia que tiene, pone luz sobre el trabajo que hacemos. Estoy muy orgullosa, porque veo que el trabajo que se está haciendo sirve, eso te da una alegría enorme. Pero además es como un sello de calidad, dice que el libro es una fuente de conocimiento fiable, a largo plazo, para esta magia de profundidad. Con el libro se va enriqueciendo la magia, porque cada mago le aporta su creatividad, su imaginación. En la Sociedad de Ilusionistas suelen contar una anécdota, donde los aprendices hacen un ejercicio de mirar un video y luego lo muestran en la reunión. Todos hacen el mismo juego. Luego, les dan el libro y, al regresar, todos hacen juegos diferentes, porque cada uno le aportó de su personalidad, su creatividad.
- ¿Cómo definirías lo que lográs con tus libros?
Fomento creatividad, los libros hacen un mundo más rico y amplio. El premio está certificando que este es el trabajo que vale, el que a los magos les sirve. Es el reconocimiento a un emprendimiento pequeño que ha podido; no todo pasa por el supermarketing, por las grandes estructuras. Nosotros hemos podido.
“PARÉNTESIS DE OLVIDO”
Paréntesis de olvido es el nombre de un concepto mágico y también de la casa de té que Laura puso en marcha hace cuatro años en el multicultural barrio de Lavapiés, cerca del Museo de la Reina Sofía, en Madrid. “Aquí te vas a encontrar con magos famosos tomando té o haciendo una presentación o dando un curso. La idea ha sido que el público se encuentre con la magia, que nos conozca. Creo que lo hemos logrado”.