Enfocarse tanto en controlar los gastos grandes, como el alquiler o las cuotas del auto, hace que se olviden esos pequeños placeres cotidianos que, acumulados, desestabilizan las cuentas.
Este fenómeno, conocido como el “corte de cuentas”, es la clave para entender por qué a fin de mes la billetera parece más ligera de lo esperado. ¿Cómo identificar estos gastos “invisibles” y lograr un balance entre disfrutar y mantener las finanzas bajo control?
Primero hay que entender por qué tendemos a darles más importancia a los gastos grandes. Hay tres causas principales: los sesgos mentales, es decir, que los gastos grandes son más visibles y se sienten más relevantes; la rutina sin conciencia, esto es comprar el café todos los días sin calcular el impacto mensual; y, por último, las estrategias de marketing, los servicios baratos y recurrentes que están diseñados para acumular costos sin que lo percibamos.
LOS GRANDES GASTOS
Los gastos fijos, que podemos asumir que son los “grandes gastos”, tienen mala prensa porque son los que más duelen al pagarlos. Pero cuentan con una ventaja muy potente: son previsibles. Esto significa que se pueden organizar en el presupuesto mensual sin sorpresas. El problema aparece cuando estos gastos consumen tanto del sueldo que no dejan margen para el ahorro o para cubrir imprevistos.
LOS “GASTOS HORMIGA”
El café de la mañana o el delivery del viernes son ejemplos de gastos hormiga que parecen insignificantes, pero que, al sumarse a fin de mes, pueden dar un buen susto.
Para identificarlos, hay que observar a conciencia y luego registrar todo. Esto se puede hacer usando apps como Naranja X para categorizar los gastos y detectarlos. Después hay que hacer cuentas, multiplicando ese gasto pequeño por la cantidad de días en el mes. El broche de oro es darles un límite, establecer un presupuesto para estos caprichos y respetarlo.
EL EQUILIBRIO PERFECTO
Nadie dice que hay que renunciar a los placeres diarios ni tampoco ignorar los gastos grandes. La clave está en encontrar un balance con estos tres simples pasos:
- Crear un presupuesto realista, que incluya todos los gastos.
- Automatizar el ahorro, configurando la cuenta de Naranja X para guardar un porcentaje fijo cada mes.
- Evaluar las prioridades, preguntándose si realmente se necesita tal o cual servicio o producto.
Una ayudita: con Naranja X, se pueden categorizar los gastos en tiempo real y recibir análisis para entender mejor dónde se te va la plata. Otra clave es ingresar a la sección “Balance” en la app, donde se muestra un pantallazo de los ingresos y egresos para ver qué tan equilibrados están.
Es importante saber que el fenómeno del “corte de cuentas” no tiene por qué complicar la vida. Con un poco de ingenio y las herramientas adecuadas, se puede tener el control de las finanzas sin renunciar a los pequeños placeres que nos hacen felices.