Ítalo Calvino decía que “un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”.
Joaquín Furriel, el excelente actor argentino que nos acompaña en esta edición, cada cuatro años toma una pausa en su agenda audiovisual para dedicarse al teatro clásico, de texto, donde reconoce que todo cobra un sentido mayor. Él está interpretando a Ricardo III en una versión libre del clásico de William Shakespeare en el emblemático Teatro San Martín de Buenos Aires. Una obra con la que a fin de mes también llegará a teatros de Madrid y Bilbao. “Este tipo de obras te invitan a estar todo el tiempo en una zona vivencial, emocional y filosófica de dimensiones que no son cotidianas. Siento que cuando entro en estas experiencias salgo modificado como persona y como actor. Hay algo del orden de lo mágico que no se puede expresar muy bien, que estas obras te invitan todo el tiempo a expandir”, nos dijo durante la interesantísima entrevista que le hicimos luego de una intensa jornada de trabajo.
Para llegar a Ricardo III, el actor buceó en textos de otros clásicos y finalmente desembocó en el personaje del dramaturgo inglés que destaca por su crueldad y por lo que la crueldad tiene hoy para decirnos. Los invito a volver sobre cualquiera de los clásicos, o quizás a animarse a llegar a ellos por primera vez, y escuchar qué tienen hoy para decirnos. Estoy seguro de que se van a sorprender.
Este mes, mientras esperamos la llegada de la primavera, en las páginas de la revista nos esperan entrevistas a actores consagrados como Gerardo Romano, a artistas emergentes, músicos, bailarines, escritores, científicos, así como temas que nos convocan. Les recomiendo no perderse la nota de Guillermo Bustos sobre los abrazos, la columna de Fernando Medeot sobre las pequeñas historias que despiertan “sentires que están rezagados en la memoria”, el análisis de la realidad plasmado en el informe especial sobre el uso de las pantallas en niños y adolescentes en la Argentina, y la experiencia educativa de una escuela mendocina que encaró esta problemática a través de un proyecto muy interesante para prevenir la ludopatía entre los estudiantes.
Compartir, aprender, convivir, entretenernos, de eso se trata.
Que la disfruten.
¡Buena vida!