El mundo está hecho para diestros. Desde los autos hasta los pupitres, la sociedad parece tener un sesgo natural hacia la derecha. Les propongo que desandemos este mundo en un viaje a través del tiempo y el lenguaje.
Los zurdos conforman un selecto club que comprende aproximadamente el 10 por ciento de la población mundial. Ser zurdo tiene sus desafíos, pero también sus curiosidades. Uno de los aspectos más intrigantes es la palabra “adiestrar”, que revela mucho sobre cómo la sociedad ha visto históricamente la diferencia entre zurdos y diestros.
La palabra “adiestrar” proviene del latín dexter, que significa ‘derecho’ o ‘hábil’. En la antigua Roma, dexter se usaba para describir a alguien con destreza, con habilidades superiores, y, por extensión, a alguien que era considerado afortunado o favorable. Contrariamente, la palabra sinister, que significa ‘izquierdo’ en latín, tenía connotaciones negativas, asociándose con la mala suerte, la torpeza y lo malévolo. De hecho, el término “siniestro” en español todavía conserva ese significado ominoso.
A través de los siglos, esta dualidad lingüística se mantuvo, y las sociedades europeas medievales, influenciadas por las tradiciones latinas, continuaron viendo la derecha como favorable y la izquierda como desafortunada. En este contexto, “adiestrar” se convirtió en el acto de enseñar a alguien a ser hábil, a manejarse con destreza. Originalmente, “adiestrar” significaba literalmente “convertir en diestro”, tanto en el sentido de habilidad como en la preferencia manual.
Por su parte, la palabra “siniestro” ha mantenido sus connotaciones negativas a lo largo de los años. Se usa para describir eventos desafortunados, como accidentes o desastres naturales, y también se aplica a personas o situaciones que se perciben como peligrosas o maliciosas. Esta dualidad entre lo diestro y lo siniestro ha perpetuado estereotipos y prejuicios, no solo en el lenguaje, sino también en nuestras interacciones cotidianas.
«Es interesante ver cómo el lenguaje refleja nuestras percepciones culturales”
Aquí, es interesante detenernos un poquito y ver cómo el lenguaje refleja nuestras percepciones culturales. La mano derecha, asociada con la habilidad y la rectitud, era la mano de la mayoría y, por ende, la norma.
Los zurdos, con su tendencia a usar la mano izquierda, eran considerados anómalos, y a veces incluso tratados con sospecha. Los padres y maestros a menudo intentaban “corregir” a los niños zurdos, adiestrándolos para que usaran la mano derecha.
Pero, afortunadamente, el mundo está cambiando. Hoy, ser zurdo ya no es un estigma. Al contrario, algunos estudios sugieren que estos tienen ventajas en ciertas áreas, como la creatividad y el pensamiento divergente. Muchos zurdos famosos, desde Leonardo da Vinci hasta Bill Gates, han demostrado que la zurdera no es una barrera para el éxito, sino quizás una señal de una mente única.
Zurdo o diestro, al final del día, la verdadera destreza está en la capacidad de adaptarse, aprender y crecer, sin importar cuál sea tu mano dominante.