Si alguna vez escuchaste la frase “A cada chancho le llega su San Martín”, probablemente haya surgido en tu mente la curiosidad: “¿Qué tendrá que ver el cerdo con el Santo de la Espada?”. Ah, querido lector, la relación existe, y cada dicho tiene su historia.
Aunque muchos relacionan esta expresión con el gran general y libertador José de San Martín, la realidad es que este refrán proviene de orígenes mucho más antiguos. Vamos a descubrir juntos que San Martín de Tours, el obispo del siglo IV, es el verdadero protagonista. Pero ¿qué hace este santo entre los cerdos?
San Martín de Tours nació en el siglo IV en lo que hoy conocemos como Hungría. La leyenda más famosa sobre su vida dice que, mientras estaba en el ejército romano, se cruzó con un mendigo que temblaba de frío. Martín, generoso hasta la médula, le dio la mitad de su capa. Esa misma noche, tuvo un sueño en el que Jesús le apareció envuelto en ese medio manto y le dijo: “Martín, hoy me cubriste con tu manto”. Así fue como, inspirado por esta visión, el joven soldado decidió bautizarse y dejar su carrera militar para dedicarse a la vida religiosa.
La festividad de San Martín, celebrada el 11 de noviembre, coincide con la tradicional matanza del cerdo en varias regiones de España. Esta matanza no es solo un recurso para abastecerse de carne y preparar embutidos, sino que también representa una celebración y recurrencia en la vida familiar. Resulta que este “día del chancho” se transformó en un momento emblemático, ya que el sacrificio del animal a menudo se retrasaba unos días, esperando la llegada de los aires fríos europeos que facilitaban la curación del jamón.
“Este refrán no solo se transmitió por tradición oral, sino que también fue mencionado por Cervantes”.
Fue precisamente este inevitable destino de los animales, su muerte coincidiendo con la festividad de San Martín, lo que dio origen a la expresión con su tono tan trágico. Este refrán no solo se transmitió por tradición oral, sino que también fue mencionado por el célebre Miguel de Cervantes Saavedra en su obra maestra, Don Quijote de la Mancha. En el capítulo 63, deja claro que “su San Martín se le llegará, como a cada puerco”, enfatizando que el destino acecha a todos.
Con el tiempo, este dicho cruzó el océano y, al llegar a nuestras tierras, muchos argentinos lo vincularon erróneamente con el Padre de la Patria, creando una conexión que nunca existió. Así, lo que comenzó como una metáfora sobre la justicia, ha llegado a ser una parte entrañable de nuestra cultura.
Y no solo eso, el refrán también llegó a la voz del maestro del tango, Carlos Gardel. En su tema Echaste buena, nos recuerda con picardía: “Hacés bien, tirate a chanta / ya que estás asegurado / pero acuérdese compadre / que le ha de llegar su fin. / Lo hemos de ver en la vía / taciturno y agachado / si a cada chancho, no hoy duda / le llega su San Martín”.
Así que, cada vez que escuches el famoso dicho “A cada chancho le llega su San Martín”, recordá que más allá del cerdo y el santo, hay un mensaje profundo sobre la justicia y las consecuencias de nuestras acciones.