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Las tertulias

Los โ€œescรกndalosโ€ producidos en los bailes de carnaval en la Buenos Aires del รบltimo cuarto del siglo XVIII llegaron a los oรญdos del rey Carlos III, acercados por alcahuetes y aburridos que nunca faltan en ningรบn lado. Su โ€œmajestadโ€ le pidiรณ al mexicano virrey Vertiz y Salcedo que pusiera orden, y el hombre de las luminarias le contestรณ que como se bailaba en toda Espaรฑa, รฉl creyรณ que la sana costumbre podrรญa trasladarse a Amรฉrica sin mayores problemas. En contraposiciรณn, la imitaciรณn de hรกbitos de una ciudad cortesana hizo que se adoptara la costumbre de organizar reuniones periรณdicas en las casas de las familias mรกs ricas, como forma de sociabilidad de elite y de ostentaciรณn de prestigio ante sus pares. Aunque es habitual que hoy se las recuerde como โ€œtertuliasโ€, en realidad este nombre se aplicaba a un tipo en particular.

Las tertulias eran reuniones, generalmente semanales, en principio convocadas con una funciรณn cultural como la lectura o declamaciรณn de textos, la interpretaciรณn de piezas musicales, las conversaciones sobre temas artรญsticos, cientรญficos o de un interรฉs especial para sus participantes. Las tertulias servรญan de medida del prestigio de cada familia. Las mรกs encumbradas recibรญan a las mรกximas autoridades โ€“el virrey en Buenos Aires, los gobernadores en las capitales correspondientes, los obispos o principales miembros del clero de cada ciudad, los miembros del cabildoโ€“ y a ellas aspiraban a integrarse los que deseaban โ€œpertenecerโ€ al cรญrculo de la elite local. Para hacerlo, era necesario ser contertulio habitual o concurrir con quien ya lo era. Mientras que en los saraos (reuniones nocturnas) animaban la fiesta con su canto, ejecutando algรบn instrumento y sobre todo como parejas en el baile, en las tertulias era posible que el ama de casa, las demรกs integrantes femeninas de la familia y unas pocas amigas (llegadas acompaรฑando a sus maridos contertulios) viviesen en su estrado condenadas a las โ€œbagatelasโ€ de las que se quejaba Belgrano y que apenas les llegase el rumor de las โ€œconversaciones seriasโ€ de los integrantes masculinos de la reuniรณn. Para eso estaba la rotation, ya que en una noche se podรญan recorrer varias tertulias hasta encontrar la adecuada a los gustos de cada uno; pero, claro, eso lo podรญan hacer los varones solteros y las parejas legalmente constituidas. Mariquita Sรกnchez, hablando en nombre de las jรณvenes de su edad, decรญa que la vida de los tiempos coloniales era โ€œmuy triste y muy monรณtonaโ€. Reciรฉn con la llegada de aires revolucionarios a la colonia, lo que ocurrirรญa a partir de las invasiones inglesas, las cosas empezarรญan a cambiar.

โ€œMARIQUITA SรNCHEZ DECรA QUE LA VIDA EN LA COLONIA ERA โ€˜MUY TRISTE Y MUY MONร“TONAโ€™โ€.

Desde 1808, se hicieron famosas las tertulias de su casa en la calle, formalmente llamada โ€œUnqueraโ€ y mรกs conocida por todos como โ€œdel Empedradoโ€ o โ€œdel Correoโ€, en la actual Florida al 200.ย 

Aunque Mariquita en ningรบn escrito mencionรณ que haya sido allรญ donde se tocรณ por primera vez el Himno Nacional, la tradiciรณn lo quiere asรญ y hasta le pone dos fechas posibles: 14 o 25 de mayo de 1813. En la instalaciรณn del episodio tuvo mucho que ver el cuadro de Pedro Subercaseaux pintado en 1910, basado en las Tradiciones argentinas de don Pastor Obligado y que hoy puede verse en el Museo Histรณrico Nacional.ย 

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