Por aquellos años mozos en los que cursaba el secundario, tenía una profesora de Latín que siempre nos decía: “Theoria sine praxis sicut rota sine axis”. Esta frase, sin dudas, fue una de esas que a más de uno se nos grabó a fuego.
En sus clases, recitábamos conjugaciones verbales, paradigmas y declinaciones; revisábamos los casos, las oraciones subordinadas (completivas, de relativo, temporales) y la consecutio temporum. Estudiábamos y repetíamos el contenido de la Gramática Latina una y otra vez.
Después, pasábamos a los ejercicios prácticos y empezábamos a traducir, por ejemplo, De Bello Galico (Sobre la Guerra de las Galias), que comenzaba así: “Gallia est omnis divisa in partes tres…” (La Galia está toda dividida en tres partes…). En este texto, Julio César describe la campaña bélica que llevó a cabo Roma para apropiarse de territorio galo.
El problema empezaba cuando llegaba el momento en el que teníamos que demostrar los saberes adquiridos, porque en ese preciso momento comenzábamos a patinar de lo lindo.
Una confusión en los tiempos verbales o en los casos de las declinaciones era más que suficiente para que el sentido que Julio César, con sus habilidades oratorias, había buscado, acabara en un enredo conceptual que no entendíamos en absoluto.
Leía uno, leía otro y tratábamos de pulir una traducción que nos llevara a algún lado. Entonces, con aire de desolación, la profesora repetía: “Theoria sine praxis sicut rota sine axis”. Esto es, “la teoría sin práctica es como una rueda sin eje”. Solo la puesta en práctica de aquellas nociones estudiadas nos permitiría tener un manejo del conocimiento.
DOS SIGNIFICADOS
¿Se han puesto a pensar que la palabra “teoría” encierra dos significados muy distintos? Deriva del término griego theorein y significa ‘observar’; se empleaba para referirse al hecho de mirar con atención obras de teatro. Por ello, la traducción exacta de theoria, en latín, es ‘especulación’ (efecto de perderse en sutilezas o hipótesis sin base real).
Así, por un lado, en español usamos este término para referirnos al plano de los supuestos, a algo que no fue comprobado: “En teoría, vendrá a las seis”.
“La teoría sin la práctica es como una rueda sin eje”.
Por otro lado, esta “especulación” latina también alude a la acción de mirar con atención algo para reconocerlo y examinarlo. De este modo, su uso tiene una acepción intelectual. Entendemos por “teoría científica” a aquel estudio experimental que se comprobó y se convirtió en una ley que explica un fenómeno natural, social o cultural.
Según Stephen Hawking en Historia del tiempo, “una teoría es una buena teoría siempre que satisfaga dos requisitos: debe describir con precisión un amplio conjunto de observaciones sobre la base de un modelo que contenga solo unos pocos parámetros arbitrarios, y debe ser capaz de predecir positivamente los resultados de observaciones futuras”.
Ahora bien, de ambos significados, tanto en el plano de los supuestos como en el del rigor científico, la teoría siempre necesita de la práctica para afianzarse, tanto como una rueda necesita de su eje.