El general San Martรญn y su inseparable colaborador y amigo Eusebio Soto llegaron al puerto inglรฉs de Falmouth el 27 de junio de 1829, tras su frustrado regreso a la Argentina. Cuando se dirigรญan en diligencia hacia Londres, el vehรญculo volcรณ. El criado resultรณ ileso, pero el general sufriรณ una grave herida en el brazo que tardarรญa mรกs de tres meses en cicatrizar. Para noviembre estaba de regreso en su casa de Bruselas. Vivรญa una situaciรณn econรณmica difรญcil, o como decรญa en una carta de entonces, โembarazosaโ. No recibรญa su pensiรณn del gobierno peruano, ni mucho menos de la Argentina todavรญa unitaria, ni tampoco los alquileres de sus propiedades.ย
Ya repuesto de su herida, San Martรญn recibiรณ la visita de Miguel de la Barra, diplomรกtico chileno acreditado ante la corte de Francia, hermano de un excombatiente del Ejรฉrcito Libertador. San Martรญn se ofreciรณ para acompaรฑarlo a Waterloo, en la provincia de Brabante, a unos 20 kilรณmetros de Bruselas. La excursiรณn serรญa a caballo y… ยฟquiรฉn en su sano juicio podรญa rechazar la invitaciรณn de conocer semejante campo de batalla en compaรฑรญa de un gran estudioso de la vida de Napoleรณn y comprobado estratega? De la Barra cuenta: โCabalgaba el general San Martรญn con gallardรญa demostrando ser un consumado jinete. El cicerone no nos fue necesario, porque este general nos explicรณ el desarrollo de la batalla de un modo tan claro y preciso โal mismo tiempo que muy pintorescoโ que parecรญa que habรญa estudiado mucho de las batallas de Napoleรณn en el terreno mismo. Nos dimos cuenta perfecta del primer ataque y victoria de Bonaparte y enseguida el cambio completo del plan, cuando apareciรณ en escena Blรผcher. Criticรณ el general San Martรญn los movimientos como solo รฉl sabe hacerlo. Era hermoso y emocionante oรญr a este genio militar, explicando sobre el terreno a Napoleรณn. Regresamos al galope en una hermosa tarde de verano, con San Martรญn erguido y silencioso, a la cabeza. Parecรญa que el recuerdo de sus victorias embargaba por completo al gran expatriadoโ.1
โยฟQuiรฉn podรญa rechazar la invitaciรณn de conocer semejante campo de batalla en compaรฑรญa de un gran estudioso de la vida de Napoleรณn?โ.
El 25 de agosto de 1830 se produjo la revoluciรณn liberal que proclamรณ la independencia de Bรฉlgica. Hay una versiรณn que indica que algunos โhermanosโ belgas, encabezados por el burgomaestre de Bruselas, barรณn de Wellens, le propusieron que prestase sus servicios a la causa y se pusiese al frente de las tropas revolucionarias. El general habrรญa agradecido la deferencia mientras decidรญa salir del paรญs, rumbo a Francia, donde estaba su hermano Justo Rufino y con quien para entonces ya tenรญa una excelente relaciรณn. Temรญa por su hija Mercedes, que con sus 14 aรฑos reciรฉn cumplidos y salida del colegio de monjas lo acompaรฑarรญa de ahora en mรกs.ย
Una vez en la capital francesa alquilรณ un departamento en la Rue de Provence, cerca de la รpera de Parรญs, un lugar del que serรญa asiduo visitante gracias a su amistad con Alejandro Aguado, uno de los banqueros mรกs ricos de Europa y empresario del cรฉlebre teatro. Gracias a su nuevo amigo, San Martรญn pudo conocer a Vรญctor Hugo, Lamartine, Delacroix, Balzac y el cรฉlebre mรบsico italiano Gioacchino Rossini.ย
Ilustraciรณn: Pini Arpino.
1 Carlos Alberto Guzmรกn, San Martรญn 1824-1850, Cรญrculo Militar, Buenos Aires, 1993, pรกg. 72, citado por Martha Neumann de Bartlett, Josรฉ de San Martรญn, su propio destierro, Moglia Ediciones, Corrientes, 2012.