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Palabras de la década

¡Nuestra querida Convivimos cumple diez años! Y para celebrar estas vueltas en la calesita llamada Tierra, vamos a repasar algunas palabras que nos permiten ver cómo ha pasado el tiempo y cómo hemos evolucionado como sociedad.

Lo maravilloso de la lengua es que, como cualquier otra invención cultural, puede llevarnos a conformar nuestra percepción del mundo. En esta década, es posible observar que hemos abierto nuestro diccionario a términos que les dan nombre y lugar a personas, acciones o experiencias que antes quedaban afuera.

Las elegidas son (aquí podemos poner a funcionar nuestra orquesta mental e imaginar la musiquita de los premios Martín Fierro): 

Inclusión: En diciembre de 2014, el Congreso de la Nación le confirió jerarquía constitucional a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD). Esto significa que ninguna ley nacional o provincial y ningún decreto pueden desconocer o dejar sin efecto ninguno de los derechos allí reconocidos, entre ellos la inclusión. La “inclusión” es un concepto teórico de la pedagogía que hace referencia al modo en que la escuela debe dar respuesta a la diversidad. Pretende pensar las diferencias en términos de normalidad (lo normal es que los seres humanos seamos diferentes) y de equidad en el acceso a una educación de calidad. De este modo, se postula no solo el derecho a ser diferente, sino que valora la existencia de esa diversidad. 

“Algunas palabras nos permiten ver cómo hemos evolucionado como sociedad”.

Género: El “género”, como concepto teórico, surge en los ámbitos feministas y, posteriormente, se trabaja en los académicos para analizar las desigualdades entre varones y mujeres, que hasta ese momento eran justificadas y legitimadas a partir de las diferencias biológicas. En estos últimos diez años, se ha reivindicado la perspectiva de género, lo que nos permite valorar que el género es una construcción social y cultural, no natural, que influye en la división sexual del trabajo y de los recursos, y en la definición de jerarquías entre hombres y mujeres en cada sociedad. Así podemos comprender que esta configuración incide en el ejercicio pleno de los derechos humanos de mujeres y varones.

Femicidio: Hoy todos sabemos que “femicidio” (o “feminicidio”, ambas grafías son correctas) es el ‘asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia’. Sin embargo, hace no muchos años, el crimen de una mujer era considerado un crimen pasional y tenía una pena más leve que un homicidio. 

Dos hitos clave fueron los responsables de que esta realidad –lamentablemente muy frecuente– fuese llamada por su nombre: en 2012, la sanción de la ley de femicidios marcó el avance legal en violencia familiar y de género, y señaló el compromiso del Estado. En 2015, se realizó la primera marcha del movimiento #NiUnaMenos para instalar fuertemente el tema en la agenda social.

Para cerrar, nada mejor que citar a Adrianne Riche en Sobre mentiras, secretos y silencios: “En un mundo donde el lenguaje y el nombrar las cosas son poder, el silencio es opresión y violencia”. Así, celebramos los diez años con estas palabras poderosas. 

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