El corazón se deslumbra o no se deslumbra. Con Marley, el conductor de TV alto, rubio y con una sonrisa sincera, pasa eso. Dice en el reportaje de tapa de este mes: «A la televisión la descontracturé, también a los roles de la conducción. Hay poca gente a la que se le perdonan los errores en vivo, y soy uno de los privilegiados, de los que se tientan al aire y reciben elogios en vez de críticas”. Es cierto. Marley no simula ser otra cosa. Como cuando confiesa: “Me imagino como Mirtha Legrand, diciendo que me voy, pero no me voy nunca [de la tele]”. Marley es Marley.
Y si hablamos de deslumbramientos, no podemos menos que deslumbrarnos con la historia de Joaquín Arbe, el maratonista nacido en Esquel que es albañil y clasificó para los Juegos Olímpicos de Tokio sin dedicarse de lleno al atletismo. En una entrevista imperdible que transcurre en un descanso de sus labores hogareñas, nos habla sobre su “receta” para competir en una de las pruebas más duras y complejas de este deporte. Ese día, estaba terminando de colocar la carpeta en el piso de su casa para dejarla lista antes del fin de la cuarentena.
En esta edición, compartimos con ustedes la historia de vida de Mariana Volpi, abogada y mediadora que, a partir de su experiencia en las cárceles, descubrió que buena parte de los problemas “entre rejas” se producían por dificultades de comunicación. “Probemos Hablando: Formación para la convivencia colaborativa” es el nombre de la muy interesante iniciativa que tiene el reconocimiento de las Naciones Unidas y que bien podría ponerse en práctica en todas las instituciones carcelarias argentinas.
Para terminar, les recomiendo especialmente la lectura de la columna de Felipe Pigna, dedicada a la histórica jornada en la que el país declaró su independencia. Los hechos que sucedieron esos días siguen siendo atrapantes, y muchos de ellos son referencias conocidas desde que éramos chicos. Sin embargo, hay una que no deja de impactar: nuestra nación nació en una casa prestada, en la casa de la mujer que hacía las empanadas “más ricas del norte argentino”. No se trata solo de un detalle pintoresco, recuerda con la claridad que da la distancia de los años cuál fue el punto de partida.
Y como siempre, los invito a seguir alegrando con dibujos, poemas y locuras varias “La página en blanco”, y a enviarnos sus “Recetas con historia”. Hasta la próxima.
¡Buena vida!