Felipe Pigna
Historiador, profesor de Historia, escritor; director de la revista Caras y caretas y de elhistoriador.com.ar
Desde ese cargo desplegarรญa toda su actividad revolucionaria. Bajo su impulso, la Junta produjo la apertura de varios puertos al comercio exterior, intentando combatir lo que denominaba โmonopolio de los contrabandistasโ, redujo los derechos de exportaciรณn para nuestros productos y redactรณ un reglamento de comercio procurando mejorar la situaciรณn econรณmica y la recaudaciรณn fiscal.
Moreno participรณ activamente en la creaciรณn de la biblioteca pรบblica y se ocupรณ personalmente del fomento de la educaciรณn, porque, como decรญa en un escrito: โNada hay mรกs digno de la atenciรณn de los magistrados que promover por todos los medios la mejora de la educaciรณn pรบblicaโ. Para eso promoviรณ la redacciรณn e impresiรณn de un libro de texto con las โnuevas ideasโ, encargando a los Cabildos a โrepartirlo gratuitamente a los niรฑos pobres de todas las escuelas y obligar a los hijos de padres pudientes a que lo compren en la imprentaโ, como consta en sus escritos. Siguiendo con la educaciรณn, creรณ la jubilaciรณn para todos los docentes, โofreciรฉndoles una particular protecciรณn del gobierno en todas las pretensionesโ que promovieran. Reivindicรณ a su querido amigo Manuel Belgrano abriendo su soรฑada Escuela de Matemรกticas boicoteada por los personeros de la monarquรญa.
โLa Gaceta fue mucho mรกs que el รณrgano oficial de un gobiernoโ.
El 7 de junio de 1810, Mariano Moreno fundรณ el รณrgano oficial del gobierno revolucionario, La Gaceta de Buenos Aires, donde escribรญa: โEl pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de estos se interesa en que todos conozcan la execraciรณn con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periรณdico semanal con el tรญtulo de โGaceta de Buenos Airesโโ.
El periรณdico incluรญa en todos sus nรบmeros la siguiente frase de Tรกcito: โTiempos de rara felicidad, aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lรญcito decirloโ.
Se dio el gusto de publicar en sus pรกginas โa la manera de los folletines por entregas tan de moda en los periรณdicos europeos de la รฉpocaโ El Contrato Social de su admirado Rousseau, para que lo conociera la mayor cantidad de ciudadanos posibles. Como no desconocรญa el alarmante porcentaje de analfabetismo, ordenรณ que se leyera desde los pรบlpitos de las iglesias, lo que puso un poco nerviosos a algunos sacerdotes contrarrevolucionarios. En el prรณlogo a la obra decรญa: โSi los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederรกn a las antiguas y despuรฉs de vacilar algรบn tiempo entre mil incertidumbres, serรก tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranรญaโ.
La Gaceta fue mucho mรกs que el รณrgano oficial de un gobierno: fue una tribuna de opiniรณn en la que los ciudadanos del exvirreinato accedรญan a las ideas mรกs modernas que los iban sacando lentamente de las pesadillas del atraso.
