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Chiquitos y grandotes

Pasito a pasito, suave suavecito, / nos vamos pegando poquito a poquito”. Así dice el estribillo de una de las canciones

Agustina Boldrini

Lic. en Comunicación Social. Correctora de textos.

 

Pasito a pasito, suave suavecito, / nos vamos pegando poquito a poquito”. Así dice el estribillo de una de las canciones más pegadizas de la historia: Despacito. Ahora bien… ustedes se preguntarán qué me pasa que saco a relucir un tema ya pasado de moda. Bueno, resulta que la idea es hablar de los diminutivos, y ¡vaya si esta parte de la canción los usa!

¿Qué son estos locos chiquitos? Según el Diccionario de términos filológicos, son “palabras formadas mediante la adición de un sufijo (-ico, -ito, -uelo, -illo, -ete, etcétera) al que tradicionalmente se le atribuye una significación empequeñecedora”. Sustantivos comunes y propios, adjetivos, adverbios y gerundios admiten su forma en diminutivo: mesita, Antoñito, suavecita, ahorita, andandito.

REGLITAS

Si bien el uso de los diminutivos, a simple vista, pareciera no presentar demasiados inconvenientes, vamos a revisar algunas reglas que nos permitirán usarlos sin ningún problemita.

Cuando una palabra termina en vocal, la pierde al agregar el sufijo que forma el diminutivo: tabl(a)-ita, oscur(o)-ito. Por su parte, si el vocablo finaliza en consonante, el sufijo se agrega después de la última letra: turron-cito, reloj-ito.

¡Cuidado con la “s” y con la “c”! Los sufijos diminutivos son con “c”: -cito, -cillo, -ececillo. Pero si tenemos en cuenta la regla anterior, vamos a saber identificar esos casos en los que el término debe mantener su “s” original. Por ejemplo: os(o)-ito, cas(a)-ita, adios-ito.

¿Qué pasa con las palabras terminadas en “z”? Tienen su diminutivo con “c”, porque delante de “e” y de “i” no se escribe con “z”: pececito, crucecita, lucecita.

“Vamos a revisar algunas reglas que nos permitirán usarlos sin ningún problemita”.

ALGO MÁS

Lo que es necesario aclarar es que los diminutivos no implican simplemente una disminución del término base, también pueden conllevar una apreciación afectiva del hablante. Lo que es curioso es que pueden connotar o un matiz afectivo o uno despectivo. Por ejemplo, por un lado, la expresión “Está hecho un hombrecito” es una mirada cariñosa hacia un niño que ha crecido. Sin embargo, por otro, “Está hecho un vejete” implica que la persona de quien hablamos tiene varios achaques.

En sintonía con lo que venimos tratando, quería presentarles a los hipocorísticos (del griego hypocoristikós: ‘acariciador’). Son nombres que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usan como designación cariñosa, familiar o eufemística. En términos llanos, son los tiernos del equipo. Por ejemplo: papito, cosita linda.

Cabe aclarar que todos los hipocorísticos son diminutivos, pero no todos los diminutivos son hipocorísticos.

LOS GRANDOTES

Por otro lado, están los aumentativos, que se forman de igual manera que los diminutivos, pero con diferentes terminaciones: -ón, -achón, -azo, -ote, -etón. Se emplean para agrandar el significado de la palabra aumentada.

Una curiosidad de este grupo es que los aumentativos terminados en -ón se usan muchas veces en términos femeninos, lo que convierte al vocablo en masculino. Por ejemplo: película/peliculón, noticia/notición.

Por su parte, una regla para tener en cuenta es que las terminaciones -azo y -aza se escriben siempre con “z”: mazazo, jefaza.

Así, pasito a pasito, fuimos terminando este repasito. Ahora, solo queda esperar la oportunidad justa para emplear estas reglazas.

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