Por Fabricio Portelli
El Malbec es el vino de bandera y tiene un significado muy importante para el desarrollo de todos los demás vinos nacionales a nivel global. Pero no está solo, porque hay otros que solo se elaboran en la Argentina y también la pueden representar muy bien. El Torrontés, por ejemplo, esa uva blanca que da vinos únicos por sus ímpetus florales y que encontró su lugar en el valle de Cafayate. Aromático, con buena frescura y un carácter inconfundible, va muy bien con empanadas y platos regionales del NOA; y también con la cocina oriental picante. Otra uva de las abanderadas es Bonarda, cuyo origen real está en Francia y no en Italia. Aquí se adaptó tanto que ha sido rebautizada como Bonarda Argentina. Hasta hace poco, era la uva tinta fina más plantada, por la generosidad de sus racimos. Reina en el este mendocino y protagonista de tintos amables en fruta, con notas vegetales y taninos que marcan su paso. Ideal para acompañar carnes rojas asadas, pastas con salsas de tomate y pizzas variadas. Paradójicamente, la más innovadora es la más tradicional de todas, porque la Criolla (grande o chica) fue la uva que llegó al país en época de las colonizaciones y se extendió por todas las zonas vitivinícolas. Por ser tan productiva, siempre se la pensó para vinos comunes. Sin embargo, varios enólogos se animan a bajar los rendimientos y cosecharla más temprano, logrando tintos muy livianos, pero a la vez refrescantes y con buen agarre. Son ideales para acompañar pescados y arroces en todas sus versiones.
Los vinos argentinos no son los mejores del mundo, pero gozan de muchas cualidades que los hacen únicos. Más allá de bodegas, variedades y estilos, hay una característica bien diferencial que atraviesa a la mayoría: la altura. No significa que los vinos elaborados con uvas provenientes de viñedos a más de 900 msnm sean mejores. Pero la cercanía con el sol permite una mayor insolación de la vid, y si se hace un buen manejo de canopia, eso redundará en una mejor madurez. También en hollejos más gruesos, y por ende con mayor cantidad de polifenoles. Las brisas constantes son otro de los factores que posibilitan uvas más sanas. Y las temperaturas medias de día y de noche son más marcadas, permitiendo una mayor amplitud. Pero sobre todo es la heterogeneidad de los suelos mayormente pedregosos, incluyendo sus pendientes, lo que brinda un carácter distintivo y una expresión propia a los vinos de altura.
MINIGUÍA DE VINOS
Potrero
Chardonnay
2018
Vinos de Potrero
Gualtallary, Valle de Uco
$390
89 puntos
La familia Burdisso (mánager de Boca Juniors) sigue sorprendiendo con sus vinos atrevidos. Este blanco expresivo posee la frescura y la fuerza del lugar. De buen cuerpo y trago equilibrado, con un final apenas matizado por el roble (10 por ciento fermentado en barricas francesas usadas). Joven y con más vida por delante, es ideal para acompañar sopas de pescados y mariscos.
Lagarde
Organic Malbec
2018
Bodega Lagarde
Mayor Drummond, Luján de Cuyo, Mendoza
$460
88 puntos
Cada vez es más fuerte la tendencia de vinos elaborados con uvas de viñedos orgánicos. Esta es la última novedad de la casa, y también lleva la firma de Juan Cristóbal Roby (enólogo). Tinto joven, de aromas propios del Malbec; fresco y fluido, con buen carácter de frutas rojas y especias. Por sus texturas, es ideal para disfrutar platos de cuchara en invierno.
Bianchi Particular
Cabernet Franc
2016
Bodegas Bianchi
Los Chacayes, Valle de Uco
$810
90,50 puntos
Tradicional línea que se renueva por fuera y también por dentro, con este Cabernet Franc que debuta. Cepa que Silvio Alberto (enólogo) conoce muy bien y con la que ha logrado un tinto equilibrado, con buen carácter de frutas rojas y dejos herbales. Texturas vivaces y un final bien equilibrado por la crianza (12 meses de crianza en barricas de roble francés).