Siete especies marinas de Chubut fueron declaradas monumento natural por la provincia en una ley sin precedentes que prohíbe la caza, la captura, el comercio y el acoso que de alguna manera pueda afectar su conservación.
La ley, publicada en el Boletín Oficial en mayo, dispone la conformación de una mesa de trabajo para desarrollar y ejecutar planes de manejo específicos para cada una, a desarrollarse en no más de dos años, e invita además a los municipios de la provincia a adoptar medidas complementarias de protección y conservación en sus territorios.
Detrás de esta ley, impulsada por la diputada provincial Andrea Aguilera, se esconde el trabajo de ONG como Rewilding Argentina y Club del Mar de Camarones, o iniciativas como Proyecto Arrecife, lideradas por científicos especializados.
“Uno de los objetivos principales es que la gente las conozca. Desde el proyecto Patagonia Azul y desde el Club del Mar, nos dimos cuenta de que hay mucha desinformación o poca información de las especies marinas y del mar Argentino. Somos un país que mira mucho la tierra y le da un poco la espalda al mar. Dar a conocer estas especies es el primer paso para protegerlas”, declara a Convivimos Mariana Cassini, coordinadora del Proyecto Patagonia Azul.
Ese es el nombre del programa marino de la Fundación Rewilding Argentina que busca ampliar el cuidado del mar creando áreas naturales protegidas. En el marco de este proyecto se ubica la Ley de Monumentos y la creación del Parque Provincial Patagonia Azul, conformado por más de 295.000 hectáreas de mar en el norte del golfo San Jorge, uno de los puntos más biodiversos del mar Argentino.
“Estamos muy contentos. Es un paso enorme y un gran logro para quienes venimos trabajando en ella hace tiempo”, coincide en conversación con Convivimos Shari Bocca, miembro del Club del Mar de Camarones (Chubut), un grupo de jóvenes que realiza actividades en el agua para chicos y chicas, además de charlas en escuelas de la provincia sobre estas especies.
LAS ESPECIES Y SUS AMENAZAS
• Petrel gigante del sur: es un ave marina carroñera que, al limpiar el mar, ayuda a evitar la propagación de enfermedades. Tiene sitios clave de nidificación en Chubut como las islas Arce y Gran Robredo. Su envergadura de ala puede alcanzar los dos metros, y sus juveniles recorren largas distancias. Está catalogado como vulnerable en la Argentina, y el plástico es una amenaza grave para él.
• Tonina overa: es un cetáceo emblemático del mar Patagónico, reconocido por su patrón blanco y negro, y su rol como depredador tope en el ecosistema. Habita las costas de Playa Unión a Tierra del Fuego. Usa la ecolocalización para orientarse y ubicar presas, incluso en condiciones de oscuridad. Además, es clave para el turismo de naturaleza, generando ingresos y empleo en comunidades costeras. Enfrenta peligros como la pesca incidental y el turismo no regulado.
• Tiburón gatopardo: es un depredador tope del mar Argentino, esencial para el equilibrio ecológico. Puede medir hasta tres metros y pesar más de cien kilos. Lo distingue su coloración moteada y tiene seis o siete branquias, rasgo primitivo entre tiburones. Se lo encuentra desde el sur de Brasil hasta el sur de Argentina. Es una especie vulnerable cuya población disminuyó hasta un 80 por ciento en las últimas décadas debido a la pesca excesiva y la falta de regulación.
• Ballena sei: puede alcanzar los 20 metros de largo y pesar hasta 25 toneladas. Está en peligro de extinción. Fue cazada intensamente entre los siglos XIX y XX y se acordó su caza comercial en la década del 70 para el Pacífico Norte y la Antártida. La afecta la contaminación sonora, las colisiones con barcos y la degradación del hábitat. Desde 2019 es investigada en Chubut por la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco y el Conicet.
• Ballena jorobada: es una de las ballenas más grandes y cumple un rol ecológico crucial, fertilizando los océanos y capturando carbono. Luego de un período de escasos registros, en los últimos años, el número de avistajes y varamientos se incrementó notablemente. Si bien está clasificada como de preocupación menor, la perjudican las colisiones con los barcos, las redes de pesca y la contaminación acústica.
• Lobo marino de dos pelos: su población fue diezmada por la caza intensiva desde el siglo XVIII, aunque hoy comienza a recuperarse. En la Argentina, hay unos 20.000, con la mayor colonia reproductiva en isla Rasa, Chubut, que congrega al 60 por ciento de la población del país. Tiene una tasa reproductiva baja y una vida larga, lo que la hace especialmente vulnerable. Está clasificado como “casi amenazado” y sufre la presión de la pesca incidental, la sobrepesca, la pérdida de hábitat y el cambio climático.
• Pato vapor cabeza blanca: es endémico de las costas de Chubut, con una población estimada de solo 5000 individuos. Se desplaza usando sus alas como remos y regula poblaciones de invertebrados bentónicos en las costas. La especie está clasificada como “vulnerable” debido a la pérdida de hábitat por la expansión del desarrollo costero y la explotación de recursos, la contaminación marina y la introducción de especies exóticas.
Luego de promulgada la ley, lo que sigue es confeccionar los planes de manejo. Para esto, las organizaciones y los científicos trabajarán con la Secretaría de Pesca y Ambiente de la provincia en un esquema para proteger a cada especie de la mejor manera.
“Creo que hay muchísimas cosas por hacer. Considero que estas especies no solo están en peligro por los problemas que sufren hace años, día a día, sino que la amenaza más grande que enfrentan es la desinformación, el desconocimiento”, menciona Bocca.
“En Club del Mar utilizamos la frase ‘Ahora que conozco, protejo’, lo que tomamos como un compromiso tanto nosotros como los más peques. Desde el amor, desde mi trabajo como educadora, me encantaría que todos conociéramos cada una de estas especies y más”, finaliza.
PARA CONOCER MÁS
- Proyecto Patagonia Azul: es el primer parque provincial marino en Chubut y protege más de sesenta islas, bahías y caletas donde convergen más de cincuenta especies de aves marinas y trece de ellas también tienen sus sitios de nidificación.
- Proyecto Arrecife: impulsado por científicos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (Cesimar) y del Conicet, se propone dar a conocer nuestros peces, su ambiente y las buenas prácticas de pesca recreativa para promover su conservación y uso sustentable.