Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Estocolmo, ha logrado un hito en la paleogenética al reconstruir genomas parciales de un patógeno a partir de los restos de un mamut estepario de 1,1 millones de años. Este descubrimiento, publicado el 2 de marzo de 2025 en la revista Cell, representa la evidencia más antigua de ADN microbiano asociado a un hospedador animal jamás recuperada, abriendo nuevas ventanas para entender la relación entre especies extintas y los microbios que pudieron influir en su evolución y extinción.
El estudio, en el que participó el paleontólogo español Juan Luis Arsuaga, analizó los restos de 483 especímenes de mamuts, 440 de los cuales no habían sido estudiados previamente. Utilizando técnicas avanzadas de genómica y bioinformática, los investigadores lograron distinguir los microbios que convivieron con los mamuts de aquellos que colonizaron sus restos tras la muerte. “Imagínese sostener un diente de mamut de un millón de años. ¿Y si le dijera que aún conserva restos de los antiguos microbios que convivieron con ese mamut?”, expresó Benjamin Guinet, autor principal del estudio, en un comunicado de la Universidad de Estocolmo.
Entre los hallazgos, el equipo identificó seis grupos microbianos potencialmente asociados con los mamuts, incluyendo parientes de Actinobacillus, Pasteurella, Streptococcus y Erysipelothrix. Uno de los más destacados es una bacteria relacionada con Pasteurella, vinculada a un patógeno que ha causado brotes mortales en elefantes africanos, los parientes vivos más cercanos de los mamuts. Este descubrimiento sugiere que los mamuts podrían haber sido vulnerables a infecciones similares, un factor que pudo influir en su declive.
El equipo reconstruyó genomas parciales de la bacteria Erysipelothrix a partir de los restos del mamut estepario, marcando un récord como el ADN microbiano más antiguo asociado a un hospedador. Según David Díez del Molino, investigador del Centro de Paleogenética de la Universidad de Estocolmo, “los resultados abren la posibilidad de analizar y entender la relación de especies extintas con microbios y patógenos que pudieron influir tanto en su evolución como en el proceso de extinción”. Sin embargo, la degradación del ADN antiguo y la falta de datos comparativos dificultan determinar el impacto exacto de estos microbios en la salud de los mamuts.
Los análisis revelan que algunos linajes microbianos coexistieron con los mamuts durante cientos de miles de años, desde hace más de un millón de años hasta la extinción de los mamuts lanudos en la isla de Wrangel hace unos 4.000 años. Este hallazgo, según Tom van der Valk, coautor del estudio, demuestra que “los restos antiguos pueden conservar información biológica que va mucho más allá del genoma del hospedador, ofreciendo perspectivas sobre cómo los microbios influyeron en la adaptación, las enfermedades y la extinción en los ecosistemas del Pleistoceno”.
Hasta ahora, los estudios de ADN microbiano se habían centrado principalmente en humanos antiguos, con los casos más antiguos correspondientes a cepas de Corynebacterium diphtheriae (causante de la difteria) de hace 11.000 años. El nuevo hallazgo en mamuts supera con creces esta antigüedad, llevando el estudio del ADN microbiano a más de un millón de años atrás. “Obtener datos fiables de ADN de más de un millón de años era como seguir un rastro que se reescribía constantemente”, explicó Van der Valk.