Un estudio de la Universidad Virginia Tech, publicado en la revista PLOS One, ha creado una base de datos sin precedentes para entender el comportamiento canino a gran escala. La investigación, parte del Dog Aging Project, un macroproyecto que involucra a más de 40 instituciones, recopiló datos de más de 47.000 perros aportados por sus dueños entre 2020 y 2023.
Courtney Sexton, autora principal del estudio, destaca su relevancia: “El gran valor de este estudio es que, con un conjunto de datos tan extenso, podemos seguir los cambios de comportamiento de decenas de miles de perros a medida que envejecen. Así podremos comprender mejor cómo se relacionan la salud y la conducta”.
El análisis se centró en aspectos como miedo, atención, excitabilidad, agresividad y entrenabilidad. A pesar de los cambios en la vida cotidiana durante la pandemia de COVID-19, los perfiles de comportamiento de los perros se mantuvieron estables. La única excepción fue la entrenabilidad: los perros inscritos después de 2020 mostraron puntuaciones ligeramente más bajas que los incluidos antes de la pandemia. Los investigadores sugieren que esto podría deberse a la adopción masiva de perros durante ese periodo, combinada con dueños más estresados o con menos tiempo para el adiestramiento.
“Es la diferencia más pequeña de todas, lo que podría indicar que los perros, o sus dueños, están volviendo a la normalidad”, explica Sexton. El equipo planea seguir investigando cómo factores como la ubicación o la salud influyen en el comportamiento canino, con el objetivo de ayudar a los dueños a entender mejor a sus mascotas y prepararlos para los retos diarios.