Un equipo de la Universidad de Tokio ha documentado por primera vez un caso extraordinario de mimetismo floral: el arbusto Vincetoxicum nakaianum, una especie endémica de Japón descrita científicamente hace apenas un año, emite un olor que imita el de hormigas atacadas por arañas para atraer moscas polinizadoras. Este hallazgo, publicado esta semana en la revista Current Biology, revela una estrategia de polinización sin precedentes en el reino vegetal.
El descubrimiento, que amplía el conocimiento sobre las tácticas de mimetismo floral, se produjo casi por casualidad. El investigador principal, Ko Mochizuki, recogió esta planta como referencia para otro proyecto en el Jardín Botánico de Koishikawa, cuando notó que pequeñas moscas clorópidas se agrupaban alrededor de sus flores. “Me di cuenta de inmediato de que las flores podían estar imitando a insectos muertos”, explica Mochizuki, quien ya había estudiado casos de plantas que atraen moscas con olores similares a los de insectos.
Tras analizar los compuestos volátiles de Vincetoxicum nakaianum, el equipo descubrió que su aroma era notablemente similar al de hormigas atacadas por arañas. Aunque las hormigas son uno de los grupos animales más abundantes y su imitación es común en invertebrados, este es el primer caso documentado en una planta. La hipótesis inicial de Mochizuki enfrentó un obstáculo: no había estudios previos que confirmaran que las moscas clorópidas se sintieran atraídas por hormigas heridas. Sin embargo, observaciones de naturalistas aficionados en redes sociales, que documentaban moscas kleptoparásitas sobre hormigas depredadas, respaldaron su teoría.
“Cuando vi a las moscas sobre las flores, fue verdaderamente inspirador: una hipótesis de repente tomó forma”, recuerda Mochizuki. Ensayos de comportamiento confirmaron que las moscas se sienten más atraídas por el olor de las hormigas atacadas que por otros estímulos, consolidando la evidencia del mimetismo.
Este hallazgo abre nuevas perspectivas sobre la evolución de las relaciones entre plantas, insectos y depredadores. Mochizuki planea investigar el trasfondo evolutivo de este mimetismo, comparando Vincetoxicum nakaianum con sus parientes cercanos y explorando otras especies vegetales en busca de más ejemplos de imitación floral. “Esta experiencia me enseñó que los descubrimientos inesperados a menudo surgen de una combinación de preparación y azar”, concluye el científico.