LA CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS: UNA AMENAZA SILENCIOSA PARA LA SALUD Y EL MEDIOAMBIENTE
Un grupo de expertos ha alzado la voz en la revista The Lancet para advertir que la contaminación por plásticos representa una amenaza para la salud humana gravemente subestimada. Según el artículo, los plásticos contribuyen a enfermedades y muertes a lo largo de toda la vida, desde la infancia hasta la vejez, con un impacto desproporcionado en las poblaciones de bajos ingresos. Además, generan pérdidas económicas relacionadas con la salud que superan los 1,5 billones de dólares anuales.
El informe, publicado justo antes de las negociaciones finales sobre el tratado mundial contra la contaminación por plásticos en Ginebra, subraya la urgencia de actuar. Estas negociaciones, lideradas por las Naciones Unidas, buscan establecer un pacto internacional jurídicamente vinculante que aborde todo el ciclo de vida de los plásticos, incluidos sus efectos en el medio marino. Sin cambios significativos, los expertos alertan que la producción de plástico podría casi triplicarse entre 2019 y 2060, agravando aún más la crisis.
Los autores, provenientes de instituciones de Estados Unidos, Australia y Alemania, revisan evidencia científica que vincula los plásticos, incluidos microplásticos y sus químicos, con daños a la salud. Las emisiones de su producción, como partículas en suspensión (PM2,5), dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y sustancias químicas peligrosas, exponen a trabajadores y comunidades a riesgos significativos. Además, se denuncia la opacidad sobre las sustancias químicas presentes en los plásticos: el 75 % de ellas no han sido sometidas a pruebas de seguridad, y hay escasa información sobre su toxicidad, volúmenes de producción y usos.
Recientes estudios han detectado microplásticos en tejidos y fluidos corporales, como pulmones, riñones, cerebro, sangre y semen. Aunque se necesitan más investigaciones para comprender plenamente su impacto, los expertos abogan por un enfoque precautorio ante la evidencia existente.
El impacto ambiental de los plásticos es igualmente alarmante. El 57 % de los residuos plásticos no gestionados se quema al aire libre, una práctica común en países de ingresos bajos y medios que genera contaminación atmosférica. Además, los desechos plásticos actúan como criaderos para mosquitos y microorganismos, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores y la resistencia a los antimicrobianos. La producción de plásticos, derivada de combustibles fósiles, también contribuye al cambio climático, emitiendo anualmente más gases de efecto invernadero que países como Brasil.
“Queremos que la gente sea consciente de que el plástico no es tan seguro, cómodo ni barato como cree”, afirma Philip Landrigan, profesor de Biología de la Universidad de Boston y coautor del estudio. “Contamina alimentos y agua, está relacionado con numerosas enfermedades y genera altos costos en salud y daños ambientales”.
En respuesta a esta crisis, los expertos han anunciado el lanzamiento del Lancet Countdown on Health and Plastics, una iniciativa liderada por la Universidad de Boston, la Universidad de Heidelberg, el Centro Científico de Mónaco y la Fundación Minderoo. Este proyecto rastreará indicadores sobre los efectos de los plásticos en la salud humana y supervisará los avances hacia los objetivos del tratado de la ONU. La iniciativa busca garantizar que las políticas públicas y privadas aborden esta amenaza de manera efectiva.