Quince ñandúes patagónicos de Santa Cruz fueron reubicados en Chile para aportar a la diversidad genética de la población del Parque Nacional Patagonia de ese país, en lo que se convirtió en la primera translocación internacional de fauna silvestre en Latinoamérica.
Los choiques, como también se los llama, fueron trasladados desde el Parque Patagonia Argentina hasta el chileno, en la región de Aysén, con el objetivo de reforzar una población que estuvo al borde de la extinción local hasta hace quince años, con menos de veinte individuos, debido a la sobreexplotación ganadera, la persecución por perros, la caza y la destrucción de nidos.
En paralelo, se completó el proceso por medio del cual una yaguareté nacida en libertad en el Parque Nacional Iberá, en Corrientes, se instaló junto a otras dos hembras liberadas en el Parque Nacional El Impenetrable, en Chaco. En la zona, de un millón de kilómetros cuadrados, había menos de diez yaguaretés, todos machos, y su población no llega a los 200 individuos en todo el país. Fue la primera liberación de un jaguar nacido en estado salvaje y translocado con fines de conservación en el mundo.
Ambos proyectos fueron iniciativas de la Fundación Rewilding Argentina, creada en 2010 por conservacionistas locales y heredera del legado de Tompkins Conservation. La fundación se dedica a revertir la crisis de extinción de especies recuperando ecosistemas completos y estableciendo modelos de desarrollo para las comunidades rurales en coexistencia con la naturaleza.
La translocación de fauna es el traslado de animales silvestres de un lugar a otro mediado por el hombre, con fines de conservación, reintroducción o gestión de las poblaciones. Puede tratarse de especies amenazadas o en peligro de extinción, y logra restaurar poblaciones en declive o controlar la abundancia de un animal en una zona. También se realiza con fines productivos.
“Las reintroducciones se hacen en lugares donde la especie habitó”, explica a Convivimos Sebastián di Martino, director de Conservación de Rewilding Argentina.
“La segunda premisa es que las causas por las cuales se extinguió no existan más o estén controladas. Por ejemplo, el yaguareté en el Chaco se extinguió porque había una serie de amenazas, sobre todo la caza furtiva o problemas con la ganadería. Hoy, nosotros los estamos llevando a un gran parque nacional donde esas amenazas ya no existen. Y la tercera premisa, entre varias, es que tengas una población donante sana, de la que vos sacás animales y no le pasa nada”, continúa.
En cada operación, Rewilding trabaja con organizaciones locales y gubernamentales. Por ejemplo, para translocar guanacos de Santa Cruz al Parque Luro, en Santa Rosa, La Pampa, colaboró con la Secretaría de Ambiente de esa provincia. En el caso de los choiques, se realizó en conjunto con un proyecto de Rewilding Chile y el Servicio Agrícola Ganadero de ese país. Y en la translocación de los yaguaretés participaron la Administración de Parques Nacionales y los gobiernos provinciales. Es fundamental el trabajo en red.
MILENARIAS
El movimiento y la liberación intencional de animales ocurrió durante milenios, pero el uso de translocaciones para abordar objetivos de conservación es una intervención más reciente. El continente africano fue pionero y hoy transloca fauna en el orden de las decenas de miles de individuos por año entre países. Más tarde, esta actividad se extendió a Europa, donde hoy gracias a ella se están restaurando especies tales como el bisonte europeo; y los Estados Unidos, donde se reintrodujeron los lobos en Yellowstone, provenientes de un área protegida de Canadá. En Asia, la India consiguió así recuperar a los tigres: hoy cuenta con unos 2000 en su territorio.
Si bien no hay en el mundo una organización que lleve un registro de translocaciones, un informe científico de Joseph Langridge, Romain Sordello y Yorick Reyjol asegura que “con el tiempo, el número de operaciones de translocación se ha acelerado” y señala un marcado aumento desde 2018. El paper, que recopiló y analizó 841 eventos de translocación de fauna, atribuye la tendencia a “las crecientes presiones que enfrentan actualmente muchas poblaciones animales y vegetales” y apunta que esta herramienta “se considera una forma viable de mejorar la resiliencia de las especies amenazadas”.
En Latinoamérica, sin embargo, esta práctica es incipiente, especialmente en su modalidad “de silvestre a silvestre”, por contraposición a la “de cautiverio a silvestre”, donde animales que están en un zoológico o centros de rescate se llevan a un hábitat natural.
PIONEROS
En el caso de la translocación de choiques, lo innovador también fue la implementación de protocolos específicos mediante la colaboración entre países a través de sus fronteras.
“El proceso de translocación implica la captura y el transporte. Son todas cosas que hubo que aprender, porque nunca se habían hecho. La forma de capturar choiques para llevar a Chile la fuimos practicando durante varios años. Al final, nos decidimos por colgar redes muy largas entre arbustos y dirigirlos ahí. Los llevamos en cajas y después en vehículos”, relata di Martino, y agrega que se realizan cuarentenas para que los individuos no lleven patógenos indeseables.
Una vez liberados, los ejemplares portan sistemas de monitoreo con dispositivos GPS que permiten seguir su posición y así identificar amenazas e incluso, si se alejan de la zona segura, recapturarlos para devolverlos adonde deben estar.
Además de los casos mencionados, la organización translocó otros animales, tales como chinchillones (vizcachas de la sierra), coipos y venados de las pampas, y planea seguir con otras especies como el ciervo de los pantanos, que se necesita recuperar en muchos lugares de la Argentina, o las nutrias gigantes, involucrando a Brasil o Paraguay.
“Yo creo que el futuro de la restauración pasa por ahí”, garantiza Di Martino.
CÓMO FORMAR PARTE
Rewilding Argentina tiene programas de voluntariados a los que se puede acceder desde www.rewildingargentina.org para trabajar con fauna o con las comunidades de cada zona de trabajo y su integración con la naturaleza mediante iniciativas productivas sustentables.
También la ONG alienta a los dueños de terrenos a generar proyectos propios de reintroducción en los que puede asesorar y prestar ayuda. Ya hay antecedentes de iniciativas privadas que reintrodujeron especies en sus campos exitosamente.