Los chimpancés no solo comparten con los humanos el 98% de su ADN, sino que ahora podrían sumar a esa lista una capacidad cognitiva sorprendente: el pensamiento racional. Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que estos primates son capaces de revisar sus creencias iniciales cuando surge nueva evidencia más convincente, un comportamiento que desafía la idea de que la racionalidad es un privilegio exclusivamente humano.
El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Science, surge de un experimento realizado en el santuario de chimpancés de la Isla Ngamba, en Uganda. Liderados por científicos de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) y la Universidad de Utrecht (Países Bajos), los investigadores presentaron a los animales un dilema simple pero revelador: dos cajas, una con comida oculta.
En la primera fase, los chimpancés recibían una pista inicial que sugería cuál era la caja premiada. Posteriormente, se les proporcionaba una evidencia más sólida que apuntaba a la caja opuesta. Los resultados fueron claros: los primates modificaban frecuentemente su elección inicial en respuesta a la nueva información, priorizando la solidez de la evidencia sobre su creencia previa.
«Este tipo de razonamiento flexible es algo que asociamos con niños de unos cuatro años», explica la nota divulgativa emitida por la Universidad de Berkeley, que resume las conclusiones del estudio. Los investigadores se mostraron particularmente emocionados al constatar que los chimpancés no actuaban por mero instinto, sino mediante un proceso deliberado de actualización de creencias.
Para descartar explicaciones simplistas, el equipo diseñó controles rigurosos y empleó modelos computacionales avanzados. Estos análisis eliminaron posibilidades como el «sesgo de actualidad» –donde los animales podrían preferir la señal más reciente por inmediatez– o una reacción automática ante la pista más obvia. Los modelos confirmaron que las decisiones de los chimpancés se alineaban con estrategias racionales de revisión de creencias, similares a las que emplean los humanos en contextos de incertidumbre.
El estudio no solo amplía nuestra comprensión de la mente chimpancé, sino que cuestiona la visión tradicional de la racionalidad como un atributo único de Homo sapiens. «La capacidad de formar y revisar creencias basadas en evidencia no es exclusiva de los humanos», subraya la nota de Berkeley.
Los autores del trabajo planean ahora extender sus investigaciones a otras especies de primates, con el objetivo de construir un mapa comparativo de las habilidades de razonamiento a lo largo de las ramas evolutivas. Este enfoque interdisciplinario ya ha explorado fenómenos como la empatía en perros o la cognición numérica en niños, llegando siempre a la misma conclusión: los animales son capaces de mucho más de lo que la ciencia ha supuesto tradicionalmente.
