Un reciente estudio publicado en IEEE Access ha encendido las alarmas sobre las vulnerabilidades de las bases de datos genéticos de acceso público, que se han convertido en un blanco prioritario para los ciberdelincuentes. La investigación, liderada por la Dra. Nasreen Anjum de la Universidad de Portsmouth, revela que la tecnología de secuenciación de ADN de próxima generación, aunque revolucionaria por su capacidad para analizar grandes volúmenes de material genético, presenta graves puntos débiles en su infraestructura, desde los instrumentos hasta el software que procesa estos datos sensibles.
El peligro radica en la accesibilidad de numerosos conjuntos de datos genéticos en internet, lo que facilita que hackers los exploten para vigilancia, manipulación o experimentos maliciosos. Estas brechas no solo amenazan la privacidad individual, sino que también comprometen la seguridad nacional. “Proteger los datos genómicos requiere anticiparse a ataques que aún no existen. Es un cambio de paradigma para la medicina de precisión”, advirtió la Dra. Anjum.
VULNERABILIDADES CRÍTICAS AL DESCUBIERTO
El estudio identifica riesgos específicos, como la susceptibilidad de los biochips usados en secuenciadores de ADN a ataques de malware, incluidos troyanos que podrían filtrar datos o alterar información genética, afectando diagnósticos médicos e investigaciones. Además, los atacantes podrían cruzar regiones de ADN amplificadas con bases de datos genealógicas públicas para identificar a individuos a partir de muestras anónimas, desanonimizando datos sensibles.
“A pesar de su relevancia, la ciberbioseguridad sigue siendo una disciplina descuidada, dejando una brecha crítica en la bioseguridad global”, señaló Anjum. La experta subrayó la urgencia de abordar estas amenazas para garantizar que los datos genéticos se utilicen exclusivamente para fines beneficiosos.
MAYOR PROTECCIÓN
Los investigadores proponen soluciones como protocolos de secuenciación seguros, almacenamiento cifrado y sistemas de detección de anomalías basados en inteligencia artificial. Estas medidas buscan fortalecer la ciberseguridad en un campo donde la tecnología avanza más rápido que las defensas. “Necesitamos más investigación y colaboración para mantener segura esta poderosa tecnología”, concluyó Anjum, instando a la comunidad científica y tecnológica a cerrar estas brechas antes de que los riesgos se materialicen.
La advertencia es clara: en un mundo donde los datos genéticos son un recurso invaluable, su protección no puede quedarse atrás.