La caza furtiva de rinocerontes africanos ha mostrado un descenso desde 2021, según el informe Rinocerontes africanos y asiáticos – Estado, conservación y comercio, elaborado por especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la ONG TRAFFIC, a solicitud de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). Sin embargo, este avance se ve opacado por amenazas como sequías, cambios en políticas y deficiencias en la gestión de datos, que complican la recuperación de estas especies.
Entre 2021 y 2023, se registraron más de 750 incautaciones de cuernos de rinoceronte a nivel global, equivalentes a 1,8 toneladas o aproximadamente 716 cuernos enteros. Sudáfrica concentró el 66 % de estas incautaciones, seguida por Malasia y Vietnam, destinos clave del comercio ilegal. A pesar de los esfuerzos, la falta de datos fiables, el intercambio limitado de muestras de ADN y reportes inconsistentes obstaculizan la transparencia y la aplicación efectiva de medidas contra el tráfico.
Grethel Aguliar, directora general de la UICN, destaca que “el cambio es posible” mediante la aplicación de leyes con participación comunitaria y la protección de hábitats seguros, estrategias que han mostrado resultados en el sur de Asia y partes de África. Por su parte, Dave Balfour, presidente del grupo de especialistas, subraya que el éxito a largo plazo requiere un manejo integrado que empodere a las comunidades locales, además de una fuerte protección.
A pesar de la reducción en la caza furtiva y en el ingreso de cuernos al mercado ilegal, el crecimiento poblacional de rinocerontes sigue siendo bajo. Factores como los efectos prolongados de sequías pasadas, imprecisiones en censos previos, cambios en políticas de gestión y programas como el descornado o la reubicación de ejemplares han influido en las cifras. La falta de monitoreo estandarizado y datos confiables sobre reservas y robos de cuernos dificulta evaluar la eficacia de las medidas de control y el alcance del mercado ilegal.
Los expertos advierten que Sudáfrica, Malasia y Vietnam continúan siendo los epicentros del comercio ilegal de cuernos. Para revertir esta situación, instan a mantener la inversión en conservación, fortalecer la aplicación de la ley, involucrar a comunidades locales y fomentar la cooperación internacional. “Con poblaciones de rinocerontes en constante cambio y traficantes que se adaptan rápidamente, las políticas efectivas y la conservación liderada por la comunidad son más esenciales que nunca”, concluye el informe. Sin estas acciones, el futuro de los rinocerontes permanece incierto, a pesar de los progresos recientes.