Un equipo internacional de investigadores, con la participación de especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, junto a científicos de España, Alemania y Francia, ha descubierto una función clave de la proteína GRASP55. Los resultados de este estudio, publicado en la prestigiosa revista Cell Reports, y dados a conocer por el CONICET, podrían sentar las bases para el desarrollo futuro de inmunoterapias más efectivas contra tumores e infecciones.
UN AVANCE EN LA COMPRENSIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE
La investigación revela que GRASP55, una proteína hasta ahora reconocida principalmente por su función en la secreción no convencional de proteínas, tiene un rol clave en el transporte de antígenos hacia la superficie de las células dendríticas. Estas células, conocidas como los “centinelas” del sistema inmune, detectan sustancias extrañas o dañinas —denominadas antígenos exógenos, como virus, bacterias, toxinas o células tumorales— y las procesan para desencadenar una respuesta inmune específica.
Ignacio Cebrián, investigador del CONICET y director del Laboratorio de Células Dendríticas y Presentación Cruzada de Antígenos en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, CONICET-UNCUYO), explica que “Las células dendríticas capturan los antígenos y los aíslan en una estructura conocida como fagosoma. Allí, los antígenos se fragmentan en péptidos antigénicos, que luego se asocian a las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC-I y MHC-II). Estas moléculas son transportadas a la superficie celular para ser presentadas a los linfocitos T, activando así la respuesta inmune”.
El estudio demuestra que GRASP55 regula este paso final del proceso, facilitando el transporte eficiente de las moléculas MHC cargadas con péptidos antigénicos hacia la superficie de las células dendríticas. “Identificamos que GRASP55 es esencial para que el sistema inmune se active correctamente”, señala Cebrián, quien lideró la investigación como primer autor del artículo.
GRASP55 era conocida previamente por su papel en la secreción no convencional de proteínas, un mecanismo que permite a las células liberar moléculas sin seguir la vía clásica de secreción. La hipótesis del equipo surgió al observar similitudes entre este proceso y la presentación de antígenos. “Nos preguntamos si GRASP55, además de su función conocida, podría estar involucrada en la regulación de la presentación antigénica”, relata Cebrián.
Para explorar esta posibilidad, el investigador colaboró con Vivek Malhotra, del Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona, cuyo laboratorio aportó los recursos y modelos biológicos necesarios para estudiar la proteína. Los primeros experimentos confirmaron que las células dendríticas sin GRASP55 presentaban una capacidad reducida para activar el sistema inmune, lo que llevó al equipo a profundizar en el rol específico de la proteína dentro del fagosoma.
Con el apoyo de una beca Marie Curie de la Unión Europea, el equipo completó las fases experimentales y demostró que GRASP55 regula el transporte de MHC-I y MHC-II junto con los antígenos hacia la superficie celular, un paso crucial para la activación de los linfocitos T. “Este hallazgo amplía nuestra comprensión de los mecanismos moleculares que subyacen a la respuesta inmune adaptativa”, subraya Cebrián.
IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LAS INMUNOTERAPIAS
Los resultados del estudio no solo amplían el conocimiento básico sobre el sistema inmune, sino que también abren la puerta a posibles aplicaciones clínicas. Según Cebrián, “al demostrar que GRASP55 regula la presentación de antígenos y, por ende, la activación de linfocitos T específicos, podríamos optimizar las inmunoterapias basadas en células dendríticas. Por ejemplo, entrenar estas células para expresar niveles más altos de GRASP55 podría mejorar su capacidad de activar el sistema inmune de manera más eficiente contra tumores o infecciones”.
Este avance representa un paso significativo hacia el desarrollo de tratamientos más precisos y efectivos, aprovechando el potencial de las células dendríticas como herramientas terapéuticas. A medida que la investigación continúe, el rol de GRASP55 podría consolidarse como un blanco clave en el diseño de nuevas estrategias inmunológicas.