Las infecciones del torrente sanguíneo causadas por bacterias resistentes a los antibióticos se dispararán de forma sustancial en Europa durante las próximas décadas, principalmente debido al envejecimiento de la población, según un estudio publicado en la revista PLOS Medicine por investigadores de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido).
La resistencia a los antimicrobianos representa una de las principales amenazas para la salud pública global. El equipo, liderado por la investigadora Gwenan Knight, examinó más de 12 millones de pruebas rutinarias de sangre realizadas en 29 países europeos entre 2010 y 2019 para evaluar la susceptibilidad bacteriana. Con estos datos, desarrollaron modelos predictivos que incorporan proyecciones demográficas y pronostican la evolución de las infecciones resistentes hasta 2050.
Los resultados revelan un incremento general en las tasas de infecciones del torrente sanguíneo, con variaciones significativas entre países y combinaciones específicas de bacterias y antibióticos. El aumento será más pronunciado entre los hombres y en personas mayores de 74 años, mientras que podría estabilizarse o incluso disminuir en los grupos etarios más jóvenes.
“La carga futura de las infecciones resistentes no será uniforme: variará entre países, grupos de edad y entre hombres y mujeres”, explica Knight. “Vemos los mayores incrementos en los grupos de mayor edad, especialmente en mayores de 65 años, lo que indica que evitar un aumento adicional ya sería un logro considerable de salud pública”.
Los autores advierten que los modelos que ignoran factores como edad y sexo podrían subestimar gravemente la carga futura de la resistencia antimicrobiana. Incluso en escenarios optimistas con intervenciones sanitarias robustas, solo dos tercios de las combinaciones estudiadas lograrían una reducción del 10 % en las infecciones resistentes para 2030, meta establecida por Naciones Unidas.
Catrin Moore, coautora del estudio, enfatiza que estos hallazgos “ayudarán a diseñar intervenciones centradas en las poblaciones más vulnerables, reduciendo la mortalidad y la morbilidad asociadas a las infecciones resistentes en Europa”.
