¿Por qué algunas plantas producen semillas grandes y otras diminutas? Un equipo internacional de científicos, liderado por Deliang Kong de la Henan Agricultural University (China) y con la participación de Sandra Díaz, investigadora del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC), ha desentrañado esta incógnita desde el subsuelo. Su estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Plants, revela cómo las interacciones entre raíces y hongos micorrícicos determinan el tamaño de las semillas, un hallazgo con implicancias para la agricultura, la silvicultura y la comprensión de la biodiversidad.
El equipo analizó datos de más de 1.100 especies vegetales, el mayor conjunto global de características de raíces y semillas hasta la fecha. Descubrieron que en plantas con micorrizas arbusculares (AM), las semillas más grandes están asociadas a raíces más gruesas y con una corteza más amplia. Esta estructura radicular permite albergar más hongos micorrícicos, que facilitan la absorción de fósforo —esencial para desarrollar semillas grandes— y protegen a las raíces de patógenos del suelo. En contraste, en especies con micorrizas ectomicorrízicas (ECM), que tienen una envoltura fúngica protectora diferente, esta relación no se observa.
“Este descubrimiento muestra que las estrategias de las plantas para adquirir nutrientes y defenderse de patógenos no solo ocurren en la superficie, sino en las interacciones invisibles bajo tierra”, explica Sandra Díaz. La coordinación entre raíces y semillas, mediada por hongos, es consistente en distintos climas y tipos de plantas, lo que sugiere un patrón universal en la evolución vegetal.
Los hallazgos tienen aplicaciones prácticas. Según los autores, cultivar especies AM con semillas grandes y raíces gruesas podría mejorar la eficiencia de nutrientes y reducir el impacto de patógenos en agricultura y silvicultura.
“El hecho de que órganos tan distintos como semillas y raíces estén coordinados, impulsados por la simbiosis con hongos, ilustra cómo organismos diferentes actúan juntos, formando fenotipos enredados”, destaca Díaz.