Las personas que utilizan regularmente habilidades matemáticas o de lectura no experimentan un deterioro cognitivo relacionado con la edad, según un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de Stanford, publicado en Science Advances y reproducido por el portal SINC.
El equipo encontró que, para la mayoría de los individuos, las habilidades cognitivas aumentan hasta los 40 años, antes de comenzar a declinar. Sin embargo, para aquellos con un uso por encima del promedio de estas prácticas en el trabajo o en el hogar, no se observa ninguna disminución.
Estos hallazgos sugieren que el declive cognitivo con la edad no es inevitable, lo que podría ayudar a aliviar las preocupaciones económicas en países con poblaciones envejecidas y un mercado laboral en disminución.
Investigaciones anteriores indicaban que los niveles de habilidades cognitivas comenzaban a disminuir en la adultez temprana, pero estos estudios se basaban en datos transversales de diferentes cohortes de adultos, en lugar de seguir a la misma población a lo largo del tiempo, lo que se conoce como estudio longitudinal.
Los expertos analizaron datos del Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos (PIAAC), que evaluó habilidades lingüísticas y matemáticas en una población alemana de 16 a 65 años, y luego reevaluó a una gran muestra del grupo 3,5 años después. Los participantes también informaron con qué frecuencia realizaban actividades como leer correos electrónicos o calcular costos en el trabajo o en el hogar.
Después de ajustar los errores, los investigadores determinaron que las habilidades promedio de lectura y matemáticas aumentaban hasta los 40 años, antes de declinar. No obstante, las personas con una frecuencia de uso de habilidades por encima de la mediana en el trabajo o en el hogar no mostraron ningún declive con la edad.
Para los trabajadores con un uso por encima del promedio, los niveles de habilidad aumentaron consistentemente más allá de los 40 años antes de estabilizarse. Los autores también señalaron que las habilidades matemáticas disminuyeron más bruscamente en las mujeres que en los hombres con la edad.