En un hito para la entomología nacional, investigadores del CONICET han publicado la primera revisión integral sobre los escarabajos estercoleros (Coleoptera: Scarabaeinae) en Argentina. Este grupo de insectos, esenciales para la fertilidad del suelo y la salud de los ecosistemas, ha sido analizado en un estudio que compila 81 trabajos científicos desde 1944, revelando un boom investigativo a partir del año 2000, cuando se concentró el 78% de los estudios.
El trabajo, liderado por Andrés Gómez-Cifuentes y Gustavo Zurita del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), categoriza el conocimiento en siete áreas temáticas y expone tanto avances como lagunas críticas. Publicado en un número especial de la Revista de la Sociedad Entomológica Argentina por su centenario, el estudio subraya la urgencia de profundizar en el impacto de estos «ingenieros del suelo» en la ganadería sustentable.
Los escarabajos estercoleros no son meros recolectores de estiércol: entierran materia orgánica para alimentarse o anidar, desencadenando procesos ecológicos fundamentales. Degradan desechos, dispersan semillas de forma secundaria, remueven el suelo (bioturbación) y ciclan nutrientes, al tiempo que mejoran las propiedades fisicoquímicas del terreno y reducen parásitos. En contextos productivos, como la ganadería, estas funciones son clave para mantener suelos sanos y productivos.
“Son aliados invisibles de la agricultura y la conservación”, explica Gómez-Cifuentes. Su ausencia o declive puede comprometer la sostenibilidad de sistemas enteros.
El análisis temporal muestra un crecimiento exponencial post-2000. Temáticamente, el comportamiento y la evolución lideran con el 28% de los estudios, enfocados en estrategias de reubicación de alimento, reproducción y apareamiento. Le sigue la taxonomía, sistemática y filogenia (27%), con énfasis en descripción y clasificación de especies. La biodiversidad y conservación ocupan el 21%, evaluando impactos de la fragmentación y sustitución de hábitats por usos antrópicos.
Sin embargo, las funciones ecológicas y la fisiología apenas representan el 6% cada una. En funciones ecológicas, se priorizaron ciclos de nutrientes, remoción de suelo y viabilidad de semillas, pero el impacto del manejo ganadero es el gran ausente: solo un estudio lo aborda. Los autores instan a incorporar datos detallados sobre gestión, antiparasitarios y pastizales para escalar comparaciones.
“Esta revisión es la primera del grupo en el país y marca un punto de inflexión”, destaca Gómez-Cifuentes.
Para ilustrar el potencial, el equipo cita un estudio propio de 2023 en el Chaco Seco, una región ganadera clave. Allí, los escarabajos triplicaron los niveles de fósforo en suelos bajo Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), comparados con sábanas arbustivas. También elevaron carbono orgánico, conductividad eléctrica y calcio.
“Nuestros resultados enfatizan su papel crítico en la calidad del suelo con prácticas extendidas en el Chaco argentino”, afirma Gómez-Cifuentes. “Son esenciales para compatibilizar producción y conservación”.
Espacialmente, la Selva Paranaense (Bosque Atlántico) domina con la mayoría de estudios y registros de especies, seguida por el Chaco Húmedo y Seco. Misiones lidera provincialmente con 19 publicaciones y 127 especies reportadas.
En contraste, hay vacíos en el centro y sur: Yungas, Campos y Malezales, región Pampeana (Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe), Cuyo (San Juan, San Luis) y NOA (La Rioja, Salta, Catamarca, Tucumán, Jujuy). Estas áreas, con condiciones favorables, probablemente albergan más especies de las registradas.
