Un estudio reciente del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), respaldado por la Fundación ”La Caixa”, revela que las partículas finas (PM2.5) provenientes de incendios forestales representan un riesgo de mortalidad mucho mayor que otras fuentes de contaminación. Publicado en The Lancet Planetary Health, el análisis sugiere que la mortalidad asociada al humo de estos incendios podría estar subestimada en un 93%.
El estudio, basado en el proyecto EARLY-ADAPT, analizó datos de mortalidad diaria en 654 regiones de 32 países europeos, abarcando una población de 541 millones de personas entre 2004 y 2022. Los investigadores combinaron estos registros con estimaciones diarias de PM2.5, diferenciando entre las partículas originadas por incendios forestales y otras fuentes.
Utilizando modelos estadísticos, se evaluaron los efectos a corto plazo de la exposición al humo en la mortalidad por todas las causas, así como por enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Los resultados muestran que un aumento de 1 µg/m³ en la concentración de PM2.5 de incendios forestales incrementa la mortalidad general en un 0,7 %, la respiratoria en un 1 % y la cardiovascular en un 0,9 % en los siete días posteriores a la exposición.
El estudio estima que las PM2.5 de incendios forestales causaron un promedio de 535 muertes anuales por todas las causas, incluyendo 31 por problemas respiratorios y 184 por causas cardiovasculares. En comparación, si se asumiera que estas partículas tienen el mismo impacto que otras fuentes de PM2.5, se estimarían solo 38 muertes anuales, lo que representa una subestimación del 93%. Este hallazgo subraya la importancia de considerar la fuente específica de las partículas en los estudios de salud pública.
Anna Alari, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, destaca que “el cambio climático inducido por el ser humano está aumentando la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, creando condiciones ideales para su propagación”. Estas condiciones elevan el riesgo de días con alta probabilidad de incendios, lo que agrava las consecuencias para la salud pública. Alari añade que mejorar las estimaciones de mortalidad relacionadas con estos incendios es clave para comprender su impacto real.
El estudio encontró variaciones significativas entre regiones. Bulgaria, Rumanía, Hungría y Serbia fueron los países más afectados por la mortalidad asociada al humo de incendios forestales. En contraste, algunas zonas de Portugal y España, pese a estar muy expuestas, mostraron asociaciones negativas o poco precisas, posiblemente debido a estrategias locales de adaptación y gestión de incendios. “Se necesitan más estudios para entender estas diferencias”, señala Cathryn Tonne, autora sénior del estudio.