Todos queremos que nuestra red wifi sea potente y que llegue a cada rincón de nuestra casa, oficina, taller o lo que sea. Es decir, que nos permita alejarnos a otro ambiente cuando una conversación es privada o necesitamos buscar información para nuestro interlocutor. Si no es así, existen maneras de solucionarlo, y en forma mucho más eficiente que con los pequeños “repetidores”, que suelen dejarnos sin señal cuando pasamos de la zona de uno a la de otro.
Para eso, lo primero para tener en cuenta es dónde ubicar el router. Es decir, el pequeño aparato que propaga por el aire la señal digital proveniente del módem –el aparato que traduce a un formato digital la señal analógica que entrega el proveedor del servicio–. Lo ideal es que esté ubicado en el centro de la casa, lo más equidistante posible a todos los ambientes para que la señal sea pareja en todos ellos, y medio metro más elevado que los tomacorrientes.
De todas formas, en hogares de dimensiones generosas, como casas chorizo o de dos niveles, lo habitual es que la señal no llegue a todos los ambientes, ni siquiera en forma deficiente: directamente no llega. Para solucionar esto, es necesario instalar un nuevo punto de acceso wifi o router secundario, y a veces más de uno, para que emitan una nueva señal de la misma calidad que la original y que cubra toda la superficie.
A su vez, es recomendable que estos repetidores estén conectados al router principal mediante cables, aunque esto pueda sonar “antiguo”, y no en forma inalámbrica. Para eso, los cables que se utilicen deben ser de una calidad apropiada: como mínimo del tipo UTP 5-E, que brinda una señal potente de hasta 1 GB por segundo.
Otra opción disponible para extender la red, aunque no muy difundida, son los adaptadores-conversores PLC (sigla en inglés de “comunicación por línea eléctrica”). Son dos puertos, uno de entrada y otro de salida, no intercambiables, que se enchufan a dos tomas y usan la red eléctrica del hogar para convertirla en un canal digital de alta velocidad, capaz de transmitir la señal de wifi o datos sin usar cable. Uno de gama media ideal para uso doméstico es el TP-Link A4020PKIT.
También es útil enterarse de que nuestro router seguramente cuenta con más de un canal, y no solo el que usamos por default, convencidos de que es el único. Estos canales suelen tener distintas potencias: de 2,4 y 5 GHz (gigahercios), como para poder elegir el mejor y dar un salto de calidad en la red hogareña sin invertir un peso.
“MALLAS” DE WIFI INALÁMBRICA
La conectividad inalámbrica más eficiente, pero también más cara, es la de las llamadas “mallas”, redes malladas o “mesh”, en inglés. Están compuestas por un equipo principal y dos o tres dispositivos satélite llamados “puntos de acceso” que se conectan todos entre sí en lugar de hacerlo cada uno por separado con el router, y así generan una red o malla homogénea de wifi sin baches. Además, son fáciles de configurar, ya que no requieren contraseñas ni nombres de red. Sí hay que enchufar cada uno y tener dónde apoyarlos. Los equipos “mesh” suelen ser caros, pero hay modelos cuyo precio no es escandaloso.