Tres nuevas revisiones sistemáticas publicadas por Cochrane han concluido que los agonistas del receptor de GLP-1 –fármacos como la tirzepatida, la semaglutida y la liraglutida– generan una pérdida de peso clínicamente relevante en personas con obesidad, superando ampliamente al placebo. Sin embargo, los autores advierten que la mayoría de los ensayos fueron financiados por la industria, lo que genera interrogantes sobre posibles sesgos, y que la evidencia sobre efectos a largo plazo y seguridad sigue siendo insuficiente.
Estas revisiones, elaboradas por investigadores del Centro Cochrane Iberoamericano y la Red Cochrane Iberoamericana, responden a un encargo directo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para informar las futuras guías clínicas sobre el manejo farmacológico de la obesidad. Los documentos, que analizan decenas de miles de participantes en ensayos controlados aleatorizados, se publicarán próximamente tras una consulta pública realizada en septiembre.
Los agonistas del receptor de GLP-1 (péptido glucagonoide tipo 1) se desarrollaron inicialmente a mediados de la década de 2000 para tratar la diabetes tipo 2. En pacientes diabéticos, especialmente aquellos con complicaciones cardíacas o renales, demostraron mejorar el control glucémico, reducir el riesgo de eventos cardiovasculares y renales, promover la pérdida de peso y disminuir la mortalidad prematura.
Más recientemente, su uso se ha extendido a la obesidad sin diabetes. Estos medicamentos imitan una hormona natural que ralentiza la digestión y prolonga la sensación de saciedad. En España y otros países, están autorizados para el control de peso en personas con obesidad (IMC ≥ 30) o sobrepeso (IMC ≥ 27) con comorbilidades asociadas, siempre combinados con dieta hipocalórica y ejercicio físico.
Las tres revisiones evalúan la eficacia a uno o dos años de tratamiento:
-Tirzepatida (inyectable semanal): reducción media del 16 % del peso corporal tras 12-18 meses, según 8 ensayos con 6.361 participantes. Datos preliminares sugieren mantenimiento hasta 3,5 años, aunque la seguridad a largo plazo es limitada.
-Semaglutida (inyectable semanal): pérdida del 11 % tras 24-68 semanas, con efectos probables hasta 2 años. Analizó 18 ensayos con 27.949 participantes. Aumenta significativamente la probabilidad de lograr al menos un 5 % de reducción, pero eleva la incidencia de efectos secundarios digestivos leves o moderados.
-Liraglutida (inyectable diaria): reducción más modesta del 4-5 %, basada en 24 ensayos con 9.937 participantes. Aun así, duplica la proporción de personas que alcanzan una pérdida clínicamente significativa. La evidencia más allá de los 2 años es escasa.
“Estos medicamentos tienen el potencial de producir una pérdida de peso considerable, especialmente en el primer año”, explica Juan Franco, primer autor de una de las revisiones e investigador de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf (Alemania), vinculado a la Red Cochrane Iberoamericana.
En todas las revisiones, no se observaron diferencias significativas con el placebo en eventos cardiovasculares graves, calidad de vida o mortalidad. Sin embargo, los efectos adversos digestivos –náuseas, vómitos, diarrea– fueron notablemente más frecuentes en los grupos tratados con GLP-1, lo que llevó a algunos participantes a abandonar el tratamiento.
Un punto crítico: la gran mayoría de los estudios incluidos fueron financiados por la industria farmacéutica, que intervino en el diseño, ejecución, análisis e informe de resultados. “Esto plantea dudas acerca de los posibles conflictos de intereses y la necesidad de investigación independiente”, subrayan los autores.
Además, alertan sobre la recuperación rápida del peso al interrumpir el tratamiento, lo que cuestiona la sostenibilidad de los beneficios. “Necesitamos más datos sobre los efectos a largo plazo y otros desenlaces relacionados con la salud cardiovascular, especialmente en personas con menor riesgo”, añade Eva Madrid, autora principal de las revisiones e investigadora del Centro Cochrane Iberoamericano y la Universidad de Valparaíso (Chile). “Se necesitan más estudios independientes con una perspectiva de salud pública”.
Los ensayos se concentraron en países de ingresos medios y altos, con escasa representación de África, Centroamérica o el Sudeste Asiático. Dado que la composición corporal, la dieta y los hábitos varían entre poblaciones, los autores insisten en evaluar la eficacia en contextos diversos.
El elevado coste de semaglutida y tirzepatida limita su accesibilidad, agravando desigualdades. La liraglutida, con patente vencida, ya cuenta con genéricos asequibles; la de semaglutida expira en 2026.Hacia guías OMSLas revisiones subrayan la urgencia de investigaciones independientes y a largo plazo para guiar decisiones clínicas y de salud pública. Constituyen la base científica de las próximas guías de la OMS sobre agonistas GLP-1 en obesidad, cuya publicación es inminente.
