Un informe publicado en The Lancet por una comisión internacional de científicos advierte que los casos de cáncer de hígado podrían aumentar un 50% para 2050 si no se implementan medidas urgentes. Este tumor, el sexto más común y la tercera causa principal de mortalidad por cáncer en el mundo, es en gran medida prevenible al controlar factores de riesgo como el consumo excesivo de alcohol, la hepatitis viral y las disfunciones metabólicas, como la esteatosis hepática asociada al síndrome metabólico (MASLD).
El consumo excesivo de alcohol y las hepatitis B y C son las principales causas de este tipo de cáncer, junto con la acumulación de grasa en el hígado, que afecta a un tercio de la población mundial. “La esteatosis hepática es el factor evitable que crece más rápido después del alcohol”, explica Jordi Bruix, investigador del Hospital Clínic de Barcelona y coautor del estudio.
La obesidad, vinculada al síndrome metabólico, está impulsando un aumento de casos, especialmente en Estados Unidos, Asia y Europa, donde se estima que el 55 % de los adultos en EE.UU. podría padecer enfermedades metabólicas para 2040.
Otros factores incluyen la hepatitis B, prevenible mediante vacunación, y la hepatitis C, que cuenta con tratamientos efectivos. Además, la exposición a aflatoxinas, un carcinógeno producido por el hongo Aspergillus en alimentos contaminados, agrava el riesgo, particularmente en regiones con controles sanitarios débiles. Según Jian Zhou, presidente de la comisión y profesor de la Universidad de Fudan (China), la baja tasa de supervivencia a cinco años (5-30 %) convierte al cáncer de hígado en uno de los tumores más letales.
Los expertos proponen medidas para reducir entre un 2 % y un 5 % los casos anuales, lo que podría evitar 17 millones de casos y 15 millones de muertes para 2050. Las principales estrategias incluyen:
-Vacunación y tratamiento: Ampliar la vacunación contra la hepatitis B, especialmente en países como China, que concentra el 40 % de los casos de hepatitis viral, y garantizar el acceso a tratamientos para la hepatitis C.
-Políticas públicas: Implementar impuestos al azúcar, etiquetado claro de alimentos altos en grasas y sal, y regulaciones más estrictas sobre el consumo de alcohol para promover entornos alimentarios saludables.
-Detección precoz: Incorporar pruebas de detección de daños hepáticos en los sistemas sanitarios para identificar a pacientes de alto riesgo.
-Sensibilización: Promover campañas públicas, formación en cuidados paliativos y colaboración con la industria farmacéutica para mejorar el acceso a tratamientos.
“Es crucial concienciar a la sociedad sobre la gravedad del aumento en la incidencia”, afirma Valérie Paradis, coautora del informe y profesora en el Hôpital Beaujon (Francia). Por su parte, Hashem El Serag, del Baylor College of Medicine (EE. UU.), destaca el impacto de la obesidad en el aumento de casos, proyectando un incremento del 11% ligado a este factor y del 21% relacionado con el alcohol para 2050.
El informe subraya ejemplos exitosos, como la vacunación contra la hepatitis B en Taiwán, que ha reducido significativamente la incidencia de tumores. Sin embargo, la creciente prevalencia de obesidad y el consumo de alcohol amenazan con revertir estos avances. “Si logramos controlar estos factores, podemos cambiar la trayectoria de esta enfermedad”, concluye Bruix.