La peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad grave y a menudo mortal en gatos causada por un coronavirus, podría ser clave para entender y tratar infecciones similares en humanos, como la covid persistente. Un equipo de la Universidad de California en Davis (EE UU) ha desarrollado una terapia innovadora que combina fármacos antivirales con células madre, logrando no solo tratar la infección en gatos, sino también restaurar su sistema inmunitario. Los resultados, publicados en STEM CELLS Translational Medicine y reproducido por el portal SINC, sugieren que este enfoque podría inspirar tratamientos para humanos.
La PIF, que afecta aproximadamente al 2 % de los gatos, especialmente a los jóvenes en refugios o criaderos, comparte sorprendentes similitudes con infecciones graves por coronavirus en humanos, como inflamación generalizada y disfunción inmunitaria crónica. El coronavirus felino infecta inicialmente las células intestinales, causando problemas estomacales leves, pero en algunos casos, factores genéticos y ambientales provocan que el virus mute y se propague, dando lugar a la PIF húmeda (con acumulación de líquido en pecho o abdomen) o seca (con inflamación orgánica sin líquido). Ambos tipos generan fiebre, inflamación sistémica y daño multiorgánico.
Aunque el antiviral GS-441524 cura a la mayoría de los gatos, algunos presentan secuelas, como ganglios linfáticos agrandados, lo que indica una sobreactivación del sistema inmunitario, similar a lo que ocurre en personas con covid persistente.
Para abordar este problema, el equipo diseñó una terapia que combina el antiviral con células estromales mesenquimales (MSC), un tipo de células madre adultas capaces de regenerar tejidos y modular la respuesta inmunitaria. En un ensayo, los gatos tratados con esta combinación mostraron una recuperación inmunológica significativa en comparación con el grupo placebo. “Vimos menos células T y B hiperactivas, que sobrecargan el sistema inmunitario, y un aumento de células T reguladoras, que lo estabilizan”, señala Amir Kol, investigador de la UC Davis y autor principal del estudio. Además, la terapia favoreció la recuperación de células inmunitarias agotadas y la posible formación de células de memoria a largo plazo, sin efectos secundarios graves.
Este avance no solo promete mejorar el tratamiento de la PIF en gatos, sino que también abre puertas para abordar la covid persistente en humanos, dado el paralelismo entre ambas enfermedades. “La medicina veterinaria es una plataforma única para desarrollar ciencia traslacional que beneficie tanto a las mascotas como a las personas”, destaca Kol.