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Una agenda inteligente

Foto: Gentileza Macarena Uría

Tu colilla, nuestra agenda inteligente” es el nombre del proyecto que llevan adelante estudiantes de quinto año de la orientación Ciencias Naturales de la Escuela Superior El Nacional de La Carlota, Córdoba. Su objetivo: contrarrestar el daño ambiental que generan los cigarrillos arrojados en el suelo. Diversas investigaciones indican que estos pueden contaminar de 50 a 1000 litros de agua por unidad. 

La iniciativa consiste en transformar las colillas en celulosa con la finalidad de fabricar papel reciclado y emplearlo en la elaboración de agendas, en las que planean generar un código QR con información útil para concientizar sobre la contaminación.

Para realizar todo el proceso, el curso de 36 jóvenes dividió sus tareas. Un grupo convirtió bidones y tubos de PVC provistos por el municipio en recipientes a los que llaman “ecocolilleros”. Luego, los distribuyeron en distintos espacios abiertos de la localidad, como clubes, bares, el hospital, escuelas y plazas para obtener la materia prima para las hojas recicladas. 

Otro grupo trabajó en la creación de un chatbot con apoyo en la inteligencia artificial (IA), para brindar información de manera interactiva sobre los fundamentos del proyecto y los puntos de recolección. El año pasado, ya habían utilizado esta herramienta y encontraron en ella una aliada para interactuar con los vecinos de La Carlota. 

En cada ecocolillero y en las agendas, publicarán el QR que se conecta con el chatbot para sensibilizar a la población sobre esta problemática ambiental y sumar adhesiones. Una vez reunida gran cantidad de colillas, comenzará la etapa de biorremediación, que estiman se produce al cabo de 25 días. 

“Quisimos embarcarnos en un proyecto ambiental y encontramos que biorremediar colillas y darles utilidad no nos demandaba gran inversión”, explicó a Convivimos Macarena Uría, docente de Química y responsable del proyecto. En efecto, la descomposición de ellas y su descontaminación se realiza mediante microorganismos, en este caso el hongo Pleurotus ostreatus, que puede cultivarse fácilmente en invernaderos que serán construidos dentro de la escuela. 

Antonio Toledo y Nicolina Reynaudo explicaron que su motivación como estudiantes es “buscar una respuesta a un problema ambiental, que pueda ser replicada en cualquier lado”, y, a la vez, creen que adoptar la IA representa “una forma más dinámica de aprender”, ya que “es algo nuevo y diferente de ver”. Además, esperan educar a la comunidad y lograr que cada vez más personas colaboren.  

PREMIADOS

Los estudiantes que llevan adelante este proyecto fueron premiados el año pasado con el segundo lugar en el concurso organizado por la Fundación María Paula Alonso de Ruíz Martínez, con sede en Madrid, España, por su proyecto de IA “Los aprendices de Marie (Curie)”. En él, utilizaron la IA para formular preguntas. Concretamente, un chatbot conversacional, que permite a los usuarios hablar con personajes famosos. En este caso, se realizó una simulación de diálogo con Marie Curie, la célebre científica ganadora de dos premios Nobel, y pionera en el campo de la radioactividad.

CÓMO COMUNICARSE:

Instagram: @eco.agendas24

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