Un equipo de investigación estadounidense detectó en el baño más de 600 virus diferentes. Sin embargo, lo que en principio puede parecer una terrible noticia es todo lo contrario.
El trabajo publicado recientemente en la revista Frontiers in Microbiomes y reproducido por el portal de noticias DW, señala con ironía que no sólo a los humanos les gustan las duchas: los virus también se sienten como en casa en el agua caliente.
También las superficies de los baños están cubiertas de una biopelícula repleta de organismos vivos. Lo concreto es que el equipo de investigación encontró más de 600 especies de virus diferentes en las cerdas de los cepillos de dientes y en los cabezales de ducha en Europa y Estados Unidos.
«Es absolutamente increíble la cantidad de virus que hemos encontrado», afirma Erica Hartmann, de la Universidad Northwestern, la microbióloga que dirigió el estudio. Su equipo encontró muchos virus de los que se sabe muy poco y otros que nunca se habían visto antes. «Es increíble la cantidad de biodiversidad sin explotar que hay a nuestro alrededor, delante de nuestras narices».
Para realizar la investigación se tomaron muestras de cabezales de ducha y cepillos de dientes en hogares estadounidenses. Los investigadores descubrieron que la composición de los microbios variaba mucho en función del lugar. La diversidad de los microbios encontrados era tan grande que no había dos «comunidades de cabezales de ducha» microbianas iguales. Lo mismo ocurrió con las comunidades microbianas que colonizaban los cepillos de dientes.
El grupo de Hartmann ya había investigado este tema antes de su último estudio y había establecido que la mayoría de las bacterias de los cepillos de dientes procedían de la boca de las personas que los utilizaban, es decir, que son bacterias que ya viven en nuestra boca, y no provienen de su entorno.
“Básicamente, no vimos ninguna superposición de tipos de virus entre los cabezales de ducha y los cepillos de dientes”, dijo Hartmann. “También vimos muy poca superposición entre dos muestras. Cada cabezal de ducha y cada cepillo de dientes es como una pequeña isla en sí misma. Esto simplemente subraya la diversidad de virus que existen”.
Si bien diversas enfermedades en humanos o animales están causadas por virus, no todos los virus necesitan un huésped. Algunas especies habitan entornos completamente diferentes en comunidades complejas. Y no todos los virus son dañinos, al contrario, podrían ser útiles para la ciencia y para la vida. Los virus que Hartmann y su equipo pudieron identificar son los llamados bacteriófagos, o fagos para abreviar. No suponen ningún peligro para los seres humanos, sino que infectan a las bacterias. En vista de la creciente resistencia a los antibióticos, existe la esperanza de que los bacteriófagos identificados por el grupo de investigación abran nuevas vías para tratar las infecciones bacterianas.
Además, Hartmann y su equipo notaron más micobacteriófagos que otros tipos de fagos. Los micobacteriófagos infectan a las micobacterias, una especie patógena que causa enfermedades como la lepra, la tuberculosis y las infecciones pulmonares crónicas. Hartmann imagina que, algún día, los investigadores podrían aprovechar los micobacteriófagos para tratar estas infecciones y otras. “Podríamos imaginarnos tomar estos micobacteriófagos y usarlos como una forma de limpiar los patógenos del sistema de tuberías”, dijo. “Queremos observar todas las funciones que estos virus podrían tener y descubrir cómo podemos usarlos”.