Desde hace más de un siglo, el cine de animación acompaña nuestra vida haciéndola más feliz. Sin embargo, fue recién en el año 2003 que se decidió conmemorar este arte los 28 de octubre. ¿Por qué esta fecha? Porque una noche de 1892, en el Museo Grévin de París, los asistentes a la función fueron testigos de algo que nunca antes habían visto: imágenes que se movían y contaban una historia, sin actores reales ni escenarios tangibles.
El responsable de aquella maravilla fue el inventor y mecánico francés Charles-Émile Reynaud, considerado el “padre de los dibujos animados”.
TEATRO ÓPTICO
Uno de los logros más destacados de Reynaud fue el Teatro Óptico, un aparato que podía proyectar imágenes animadas, mucho antes de que el cine tradicional tomara forma. Este invento no solo presentaba imágenes en movimiento, sino que también tenía la capacidad de sincronizar esas imágenes con música y efectos sonoros, dando una experiencia inmersiva a su audiencia. Una verdadera revolución.
Théâtre Optique d’Émile Reynaud. Museu del Cinema
El Teatro Óptico marcó un hito en la historia de la animación. A través de este dispositivo, Reynaud presentó al mundo una nueva forma de contar historias, combinando artísticamente imágenes, música y sonido, y elevando así la experiencia del espectador a un nivel completamente nuevo.
LAS PANTOMIMAS LUMINOSAS
Las Pantomimas Luminosas no fueron simplemente un conjunto de proyecciones animadas; representaron una revolución en la forma de contar historias a través de imágenes en movimiento. Estas creaciones de Reynaud son un testimonio de su genialidad y pasión por la animación, fusionando arte y técnica para ofrecer una experiencia inigualable a su audiencia.
Pauvre Pierrot 1892 Emile Reynaud
Desde 1892 y durante los siguientes diez años, presentará sus aclamadas pantomimas luminosas en el Musée Grévin, entre las cuales destacarán Pauvre Pierrot (que consta de poco más de 500 imágenes que él mismo pintó, con una duración de aproximadamente 15 minutos) y Autour d’une cabine. Sin embargo, la aparición de los hermanos Lumière con una tecnología más avanzada y accesible, rápidamente eclipsarán la figura de Reynaud, que no pudo competir con el alcance y practicidad del cinematógrafo. El creador de las bellas pantomimas luminosas se vio relegado al olvido y con ello a un final lleno de problemas financieros.
EL LEGADO DE REYNAUD
A pesar de su trágico destino, el legado de Reynaud perdura. Su influencia en el mundo de la animación es innegable. Su pasión, innovación y valentía siguen inspirando a los jóvenes creadores y a una industria en constante crecimiento.
Es precisamente su empuje y espíritu innovador lo que celebra este 28 de octubre. En infinidad de ciudades del mundo, estudiantes, profesores, aficionados y admiradores del arte de la animación se reunirán en conferencias, festivales, proyecciones y debates para mantener viva la llama de Reynaud y para celebrar a la misma imaginación humana.
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