Liliana Vitale siempre estuvo al lado del piano. Comenzó con la música siendo adolescente, y si bien cantó en sus diferentes proyectos, recién el año pasado logró correrse de las teclas para disfrutar del placer de cantar con todo el cuerpo. Pudo hacerlo a partir de la incorporación de un pianista al grupo con el que encaró el show “Me caigo y me levanto”. “Es un desafío de por vida liberar la voz, porque ella puede vehiculizar todo lo más lindo del mundo”, dice.
De aquel espectáculo surgieron los temas para darle forma a Pistas, su reciente disco, el décimo quinto de su carrera, donde celebra la nueva canción argentina. “Mi generación se formó confrontando el rock nacional con el folklore y el tango, pero a mí me pasó de modo natural no respetar los géneros y los formatos tradicionales, estar todo el tiempo en plan fusión. Esto es algo que las nuevas generaciones tienen más incorporado, saben formar parte de un legado, un hilo histórico, una identidad cultural donde todo suena argentino”, comenta.
Además, revela que al grabar el álbum buscó generar cercanía: “Estamos tocando y cantando juntos a la vez, no hay ediciones, ni siquiera partituras. Se escucha lo que sucede mientras interpretamos, eso plantea una especie de urgencia buena, no de apuro, sino del gesto de estar aquí y ahora”.
- ¿Un disco que recomiendes como imperdible?
Seis copas y Las canciones del muerto, de Edgardo Cardozo.
PISTAS
Diez canciones de autores contemporáneos y de distintos estilos como Palo Pandolfo, Juan Quinteros y Perotá Chingó. Registro en vivo.
Ciclo 3