“La ficción apunta a la realidad de una forma muy contundente, hace señalamientos por más que sean personajes ficcionales”, dice Dolores Reyes. En Cometierra, su primera novela, se enfocó en la violencia de género; luego sin correrse del tema, para la segunda, Miseria, mostró otros tipos de violencia como la obstétrica. “Nuestros materiales provienen de heridas sociales abiertas”, sostiene.
El nuevo libro es una continuidad del primero, en tanto que a Cometierra y su don de las visiones que la conectan con el mundo de los muertos se le sumó su cuñada Miseria como coprotagonista, pero “paradísima del lado de la vida”. Así, de un trabajo a otro la autora superó complejidades, narró a dos voces y puso el punto final con el doble de páginas. Por eso, la escritura no es un don: “No es mágica ni algo que viene dado, pasa por una praxis que requiere dedicación, tiempo, trabajo, reflexión, es un proceso de sacar para afuera, buscar tonos y corregir”.
Jamás imaginó el éxito de su debut, que se tradujo a doce idiomas y para medios internacionales fue de los mejores libros del 2019. Pero la presentación estuvo atravesada por la pandemia y no pudo disfrutar del público. “Por suerte, ahora sí voy al encuentro de los lectores, el ida y vuelta corporal es muy lindo, me gusta recibir devoluciones”, confiesa tras su paso por la Feria del Libro de Buenos Aires.
- ¿Un libro que recomiendes?
Una música, de Hernán Ronsino.
Miseria
“Cometierra, acá desaparece gente todo el tiempo. Acá tu don es oro”. Sin embargo, un augurio de muerte, la llegada de un bebé y la necesidad de encontrar a las chicas que faltan la fuerzan a revisar su juramento de no volver a probar tierra.
336 págs.
Alfaguara