Con apoyo escolar y escuelas de verano, la asociación civil Monte Adentro promueve la continuidad escolar en 19 parajes rurales de Chaco. En 2021 llegaron a más de 500 chicos.
En contextos rurales, cinco de cada diez alumnos no completan el secundario, y un 34 por ciento de los estudiantes es expulsado del sistema educativo, según un relevamiento de la Fundación Bunge & Born. “Si a eso le sumamos la problemática de la calidad educativa y el no cumplimiento de los 180 días del calendario escolar, esto hace que un estudiante de primaria no concluya el nivel ciento por ciento alfabetizado, ni que un estudiante de secundaria tenga las herramientas y habilidades que garanticen el acceso a la educación superior o el trabajo”, afirman desde Monte Adentro, organización no gubernamental que trabaja desde 2014 en parajes rurales de la provincia de Chaco.
Para generar una mejora educativa concreta en la alfabetización, la lectoescritura y la matemática, pero también en áreas de desarrollo personal y socioemocional, como el arte, los deportes y las herramientas digitales, actualmente desarrollan programas de apoyo escolar y escuelas de verano en 19 parajes rurales que se encuentran alrededor de las ciudades Tres Isletas, Quitilipi, Pampa del Indio, Castelli, Sáenz Peña y Nueva Pompeya, en la región del Impenetrable.
“Al vivir en comunidades donde las casas se encuentran a kilómetros de distancia entre sí y donde el único espacio de encuentro y aprendizaje es la escuela, decidimos llevar adelante las escuelas de verano en los parajes rurales con el fin de sostener la continuidad en el aprendizaje y evitar el desfasaje que experimentan los niños y las niñas», explica a Convivimos Natalia Burdman, la directora ejecutiva.
En las escuelas de verano brindan apoyo escolar para los alumnos que adeudan materias y ofrecen espacios deportivos, de arte y de recreación. Además de los chicos, asisten mujeres que participan de los talleres de gastronomía, manualidades y costura que ofrece también la organización.
“La implementación de los espacios educativos genera mejoras en las trayectorias educativas de los chicos y disminuye la posibilidad de abandono, pero también vemos que influye en el desarrollo de sus vínculos sociales y promueve el deseo de permanecer y desplegarse en su lugar de origen”, señala la directiva.
“Año tras año sumamos más chicos que, incentivados por sus familias y por sus pares, se suman de manera voluntaria a los apoyos escolares. Vemos también que impacta en los padres y las madres. Los grupos de padres y madres de distintos parajes rurales nos piden continuar los grupos de apoyo, ellos han comprendido el gran valor de la educación y se han comprometido con la continuidad del programa”, concluye.
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